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Es muy probable que la peor parte del año en materia de crecimiento económico ya haya quedado atrás con el frío inicio del 2015 en Estados Unidos.

Los primeros datos que conocemos del comportamiento económico estadounidense al cierre del primer trimestre muestran que marzo tuvo otra cara, otra temperatura, para la actividad económica.

Empezando por el consumo que finalmente ya registró un comportamiento positivo, después de tres meses consecutivos de baja. Marzo tuvo un despunte que se debe entender como la respuesta a la contención del gasto durante el invierno, pero la tendencia parece apuntar hacia ritmos de crecimiento sostenidos aunque no espectaculares.

Lo que sigue para ese país y, por lo tanto, para el mundo es saber cuáles serán las consecuencias de todo este proceso especulativo, previo a la decisión de la Reserva Federal de iniciar su proceso de alza en las tasas de interés.

El fortalecimiento del dólar frente a todas las monedas del mundo ha provocado que las empresas estadounidenses reporten pérdidas. El mercado interno se alimenta más de importaciones, a la par que encarece sus envíos al exterior.

Estamos en plena lluvia de reportes financieros del primer trimestre que así parecen comprobarlo. Es paradójico que la fortaleza financiera que ha logrado el dólar puede ser la piedra en el cuello de la recuperación económica y por lo tanto la antimateria de las medidas heterodoxas de política monetaria que lograron esta condición positiva.

Las expectativas de crecimiento económico para México empiezan a lograr una estabilidad en torno a 3 por ciento. Quizá ahora, en mayo, cuando llegue el resultado del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del trimestre pasado, la Secretaría de Hacienda cambie su rango esperado hacia un nivel medio similar al mercado.

Además del mejor ritmo estadounidense, también el mercado interno parece tener un mejor comportamiento, al menos los datos disponibles de marzo así lo adelantan.

Es previsible un consumo interno menos deprimido. La confianza de los consumidores es presa de la mala leche de los partidos políticos que atiborran los medios de comunicación con mensajes negativos para pretender sacar alguna ventaja en las urnas. Eso poco ayuda a muchos para sentirse optimistas.

El verdadero reto hacia adelante es en materia financiera. El mismo despegue económico interno podría generar presiones inflacionarias hasta hoy ausentes, derivadas de la depreciación del peso frente al dólar.

El banco central estaría obligado a actuar en consecuencia y subir el costo del dinero. Ese aumento provocaría una presión adicional en el financiamiento del sector público, cuya deuda se ha incrementado hasta representar ya la mitad del PIB.

Ya paga hoy muchos más pesos por la deuda en dólares y falta aún el incremento en el costo del dinero en Estados Unidos.

Y todo esto en un escenario de previsible baja en los ingresos petroleros, indispensables para este país, que depende en una tercera parte de esa fuente para sus gastos.

En fin, el escenario económico pinta hacia un mejor desempeño, pero con el reto financiero acercándose a los focos amarillos, sobre todo en la última parte de este año y en adelante.