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Apenas la semana pasada dedicamos una edición de Sin Fronteras a la desaceleración y muy posible recesión en la actividad económica de nuestro país en la primera mitad de este año.

Ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI), publicó la actualización trimestral de su Panorama Económico Global (World Economic Outlook) con una revisión a la baja para el crecimiento global, incluyendo un importante ajuste para la economía mexicana.

En concreto, el FMI redujo sus estimados de crecimiento global de 3.3 a 3.2% para el 2019 y de 3.6 a 3.5 para el 2020, como resultado de las tensiones comerciales y el impacto negativo que éstas han causado en la inversión y demanda.

Asimismo, el FMI anticipó que existe un mayor riesgo de sorpresas negativas y revisiones futuras a la baja. En este contexto global de desaceleración, las revisiones para México fueron de las más marcadas.

El FMI redujo su estimado de crecimiento para nuestro país de 1.6 a 0.9% para el 2019, y mantuvo el del 2020 en 1.9 por ciento. La realidad es que la revisión del FMI no constituye ninguna sorpresa, ya que la mayoría de los especialistas había realizado ajustes importantes a sus pronósticos de crecimiento para México después de la debilidad observada en las cifras del PIB en el primer trimestre y en los indicadores de actividad económica de abril y mayo.

De acuerdo con la última encuesta quincenal de especialistas publicada por Citibanamex hace unos días, el promedio de expectativas de crecimiento del PIB en México para el 2019 y el 2020 se ubica en 0.9 y 1.5%, respectivamente. Si bien estas cifras son considerablemente más bajas que lo estimado a principios de año, tampoco constituyen una gran sorpresa.

A principios de año, la encuesta de Citibanamex anticipaba un crecimiento de 1.8% en el 2019. Sin embargo, el rango de proyecciones iba de 1.0 a 2.1%, lo cual reflejaba que el balance de riesgos era hacia la baja. Desde principios de año, en este espacio consideramos que lo más probable era que la economía mexicana tuviera un crecimiento mucho más cercano a 1% que a 2% en el 2019.

Aunque la revisión del FMI y los resultados más recientes de la encuesta de especialistas de Citibanamex no arrojan una sorpresa mayúscula, los riesgos de mayores revisiones a la baja son cada vez más claros. Como ejemplo está la nota publicada el día de ayer por el equipo de análisis económico de Citibanamex, en la que sus economistas revisaron las expectativas de crecimiento para el 2019 de 0.9 a 0.2% y de 1.5 a 1.2% para el 2020.

Destaca también la fuerte distinción que hace Citibanamex a los orígenes de la inminente recesión: es autoinfligida. Para Citibanamex, a diferencia de las recesiones de los últimos 25 años, la del 2019 no ha sido causada por choques externos significativos ni por desequilibrios macroeconómicos, es más bien consecuencia esencial de factores locales.

Aunque sí hay algunos factores externos, como la incertidumbre que generaron las amenazas de aranceles por parte de Donald Trump y un entorno global de menor crecimiento, los principales factores que están causando el rezago son el fuerte subejercicio del gasto y la inversión pública y la incertidumbre creada por la forma y fondo de algunas decisiones de inversión del nuevo gobierno (Plan de Negocios de Pemex, cancelación de NAIM, Dos Bocas, etcétera.).

Para Citibanamex es poco probable que haya un rebote importante en la segunda mitad del año, y la posibilidad de que la debilidad en el crecimiento sea una constante es alta. Aunque hay noticias buenas como la disminución en la inflación y el fuerte compromiso con la estabilidad de las finanzas públicas, el panorama para el crecimiento es uno de estancamiento.