¿A dónde creen que van esos priistas de membrete?Solo a hacerle el juego a Andrés Manuel Lopez Obrador, o aceptarle un puestecito en el extranjero como algunos exgobernadores
Los priistas que pomposamente anunciaron su salida del Partido, arguyendo poca claridad en el proceso de selección de candidato a la Presidencia, no los necesita el PRI.
“Una golondrina no hace verano”. Cuatro senadores, muy buenos para ostentar el poder. Entre estos, dos exgobernadores color gris como Miguel Angel Osorio Chong que, en Hidalgo -estado minúsculo-, no hizo mayor cosa por la minería y por ayudar a los indígenas; y Eruviel Ávila, del Edomex. Nefasto, que cuando el rector de la Universidad llegaba a exponerle algún problema estudiantil, contestaba: “yo solo sé que no se nada”.
¡Claudia Ruiz Massieu! Ella sí, con experiencia en la Administración Pública y un fantasma en la espalda: el asesinato de su padre; Nuvia Mayorga, hidalguense, diputada federal 2012-2013, directora del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y senadora. ¿A dónde creen que van esos priistas de membrete?
Solo a hacerle el juego a Andrés Manuel Lopez Obrador, o aceptarle un puestecito en el extranjero como algunos exgobernadores se han conformado y otros que están haciendo fila como Alejandrito Murat, Alfredito del Mazo y Omar Fayad.
En el PRI se queda con lo que siempre ha hecho bien: el trabajo pie a tierra con sus militantes y que será el gran aporte al Frente Amplio por México en la competencia por la Presidencia.
Muchos priistas se han autoborrado de la lista original de aspirantes a la candidatura en el 2024. Alejandrito Murat, Gustavo de Hoyos, Ildefonso Guajardo, José Angel Gurría y, anteriormente , Claudia Ruiz Massieu. Su intención no era realmente llegar al final del camino a la competencia, solo buscaban salir en la foto.
Hoy en día, quedan realmente en la contienda Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid, Xóchitl Gálvez, Juan Carlos Romero Hicks y Santiago Creel.
El vuelo de las golondrinas puso muy contento a Lopez Obrador. Creyó que dejaban la vía libre a sus fichas sembradoras de millones de pesos en espectaculares tapizándole cerros y edificios, con el fin de que los conozcan porque, a excepción de Marcelo Ebrard -el comprador de medicinas y apaga fuegos de la migración-, a la señora Sheinbaun y el señor Adán Augusto Lopez -el de los relojes del millón-, ni quien lo conociera en el centro y norte del país.
Comentan que, en las reuniones de seguridad en las mañanas de Palacio, lo que revisa el presidente son las encuestas, no los reportes de masacres y enfrentamientos armados del crimen organizado contra la población civil.
Cuando se reúne con su grupo de empleados, o sea su “Gabinete”, es para tirar línea política, pues desesperado está el señor presidente Lopez Obrador, porque MORENA gane el Congreso el próximo año. Mientras tanto, se esmera en tratar de derruir el Estado de Derecho, con tal de lograr sus caprichos.
No cesará en acusar de lo indecible a la Suprema Corte para desprestigiar a ese poder independiente, que le dice NO a sus ocurrencias. No acaba de entender que el Poder Judicial no está para complacencias sino para hacer valer la ley; pero a él lo ciega su obsesión de poder.
Lo bueno es que “ya falta menos que al principio” y cumpla con lo que prometió- aunque no tiene palabra-: ¡que se irá a su rancho en Tabasco!
¡Las golondrinas volaron y todo sigue igual!
¡Digamos la Verdad!
Por Norma Meraz