Elecciones 2024
Elecciones 2024

Cito textualmente del boletín de Coneval sobre pobreza y género en México.

· De 2016 a 2022, la jornada semanal del trabajo del hogar no remunerado fue más extensa en mujeres, con un promedio de 32 horas para ellas, en contraste, con las 14 horas observadas en los hombres.

· De 2016 a 2022, el trabajo al que las mujeres dedicaron el mayor tiempo fue al cuidado a otras personas del hogar, con 27 horas en promedio, indistintamente de su situación de pobreza.

· En el periodo de 2016 a 2022, la brecha de género en la participación económica se situó en un diferencial de aproximadamente 30 puntos porcentuales, dado que las mujeres tuvieron una participación promedio en el mercado laboral de alrededor de 50% y los hombres cercana a 80%.

· A nivel nacional, el empleo subordinado sin pago fue hasta el doble de frecuente en las mujeres (8%) con respecto de los hombres (4%), de acuerdo con cifras promedio de 2016 a 2022.

· El tipo de empleos al que accede la población total es predominantemente sin seguridad social, sobre todo en contextos de pobreza donde en promedio 92 de cada 100 mujeres ocupadas no tuvieron acceso a la seguridad social (como prestación laboral) de 2016 a 2022.

· El salario por hora que percibieron las mujeres es menor al de los hombres entre 2016 y 2022, sobre todo en contextos de pobreza donde, en promedio, las mujeres ganaron 75 por cada 100 pesos que ganaron los hombres.

· Los hogares con jefaturas de mujeres son los que potencialmente presentan mayores presiones económicas para solventar sus necesidades, ya que registran mayor población dependiente económicamente.

Todo lo más por decir.

La pregonada cuarta transformación no se ve por ningún lado y las mujeres salen a manifestarse hoy contra la discriminación, la explotación y la violencia, igual que lo han hecho otros años.

Son ellas las que sí han cambiado, hartas de estrellarse una y otra vez en el muro sordo de este y otros gobiernos, en el hecho estructural, antiguo y renovado, de que tienen el primer lugar en todas las discriminaciones y todos los abusos. ¿Por qué? Por razones estrictas de género. Por el hecho de ser mujeres.

Tienen razón: ya basta.