Aunque hoy todas las encuestas dan como vencedora a Claudia Shienbaum, no se puede descartar la posibilidad de que Xóchitl Gálvez ganara en las elecciones del 2 de junio
Hay lecciones de la vida que parecían aprendidas, pero hoy vemos que no.
Florestán.
Aunque hoy todas las encuestas dan como vencedora a Claudia Shienbaum, no se puede descartar la posibilidad de que Xóchitl Gálvez ganara en las elecciones del 2 de junio.
Y de darse ese escenario nos debe preocupar la reacción del presidente López Obrador que en su vida solo ha reconocido dos resultados electorales: en 2000, cuando ganó la jefatura de gobierno del Distrito Federal y las federales de 2018. Todas las demás, las presidenciales de 2006 y 2012 y las dos anteriores al gobierno de Tabasco, las desconoció y denuncio fraude.
Por eso apunto ante esa eventualidad ¿cuál sería su reacción?
Primero desconocer el resultado y segundo denunciar el fraude electoral, toda vez que el conteo oficial de las elecciones se dará en la madrugada del jueves 6, pero su legalidad y la declaración de presidenta electa por parte del Tribunal Electoral, será hasta julio.
En ese lapso, López Obrador encabezaría, pero ya como presidente, no como opositor como en 2006 cuando lanzó el bloqueo Zócalo-Reforma, una dura respuesta con todo el poder del Estado y recuperaría el discurso que ha venido desarrollando del golpe de Estado técnico, que para él sería perder las elecciones.
Y a eso, ¿qué seguiría?
Pues sería capaz de cualquier cosa, como ya lo tiene previsto, como la posibilidad de establecer, con base en el ilusorio golpe de Estado técnico, lo que sigue a esos eventos y una serie de decisiones incapaz, como ha sido siempre, de reconocer una derrota electoral y, también como siempre, llegar a reacciones no vistas ni previstas.
Ya en ese posible escenario, el papel de las Fuerzas Armadas sería, como es y ha sido siempre, esencial.
Y como históricamente lo han acreditado, se mantendrán al lado de la legalidad y del respeto a las instituciones, con quien es su mayor compromiso de lealtad.
Es decir, serían la garantía de la continuidad democrática.
Porque la sociedad solo no podría contra la fuerza del Estado en manos de López Obrador.
RETALES
1. PRODUCCIÓN.- Pemex presume de haber llegado a cien millones de barriles de refinación, pero no señala que la mayoría es combustóleo. Para esto ha reducido a la mitad las exportaciones que se encuentran a niveles de hace 34 años y Dos Bocas sin refinar;
2. PENSIONES.- López Obrador formalizó su fondo de pensiones para el retiro echando mano a 40 mil millones de pesos de las afores y necesita 90 mil millones más que vendrán del IMSS, ISSSTE e INFONAVIT, De los trabajadores, pues; y
3. PENDIENTES.- Al final de su gobierno, el 30 de septiembre, AMLO no habrá logrado construir el mejor sistema de salud del mundo, ni terminar el Tren Maya ni que funcione a plenitud Dos Bocas. Y que por eso los dejará encargados a su sucesora con todo y presupuesto, lo que es imposible Ya no hará el presupuesto 2025.
Nos veos mañana, pero en privado.