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El Banxico deberá definir una nueva expectativa inflacionaria y ratificar que retomará la meta.

La Secretaría de Hacienda tiene que modificar sus estimaciones de crecimiento económico cada vez que la terca realidad se empeña en desmentir el optimismo oficial. Al menos así ha ocurrido la mayor parte de las ocasiones hasta esta última revisión que fue al alza.

Es un hecho que Hacienda había hecho esas revisiones un tanto a regañadientes y un poco bajo la presión de los analistas y del propio Banco de México que solía adelantarse en la visión pesimista de la economía.

Pues parece que ahora toca el turno al banco central mexicano de ducharse con un poco de realismo y adecuar su estimación inflacionaria a la realidad.

Hasta hoy lo que hemos escuchado como un buen deseo es que para el próximo año volverá a cobrar vigencia la estimación de crecimiento de la inflación en 3%, +/- 1 punto porcentual.

Sin embargo, con el registro inflacionario en niveles superiores a 6% y con presiones en algunos subíndices no es posible presentar esa misma cara de expectativas para la segunda mitad del año.

Hasta ahora, el Banxico ha apuntalado sus expectativas inflacionarias con una agresiva política monetaria que sin duda seguirá en el mismo camino de los aumentos en el costo del dinero hasta dejar en claro que es intolerante con la inflación en estos niveles.

Pero al mismo tiempo obviar su estimación ha sido otra manera de mandar mensajes antiinflacionarios. Sólo que no calcular con base en la realidad tiene ciertos trazos de ser una bola ensalivada.

Una nueva expectativa inflacionaria desde el banco central mexicano, más cercana a lo real, se convertirá inmediatamente en un nuevo referente, en un piso para fijar los más diversos precios, empezando por los salarios.

Las teorías económicas, pero sobre todo la terca realidad, se han encargado de demostrar que una carrera entre los incrementos salariales y los aumentos de precio tienen siempre al mismo ganador: los precios.

Tendrá, pues, el Banco de México que definir una nueva expectativa inflacionaria a la par que refrenda que será intransigente con regresar a la meta permanente de 3 por ciento.

Deberá ser discreto en su divulgación y posiblemente deberá exceder su optimismo para ubicarse en la parte más baja de los niveles posibles de inflación este año.

Vemos imposible ver que pudiera Banxico calcular 6% para este año. Quizás algo que lleve un cuatro y muchas décimas. Como aquellos precios que persiguen a sus clientes con algo así como un 99.90, nunca verá un precio en 100 cerrados.