Hoy quiero comentar con ustedes, amables lectores, dos hechos que sucedieron en mi pueblo para ver si me ayudan a entender, porque pusieron bastante desorden en mi cabeza
Hoy quiero comentar con ustedes, amables lectores, dos hechos que sucedieron en mi pueblo para ver si me ayudan a entender, porque pusieron bastante desorden en mi cabeza.
Hace un par de meses los delegados municipales llamaron a una junta a los pobladores para informar que habían conseguido apoyo para construir el plantel del Telebachillerato (que actualmente comparte edificio con la Telesecundaria), para que los jóvenes contaran con instalaciones adecuadas para potenciar su preparación; la condición: el pueblo tenía que buscar el terreno.
Los delegados municipales propusieron realizar la construcción en el terreno que ocupan las canchas municipales de basquetbol y fútbol. Debo decir que las canchas no son utilizadas, el pueblo no tiene equipos, no está inscrito en ninguna liga, las porterías y las canastas están oxidadas y las superficies cubiertas de hierba que sirve de alimento a algunos animales que son soltados ahí para que coman.
No obstante lo que les describo en el párrafo anterior, y los beneficios que traería al pueblo la construcción de la escuela, los habitantes están divididos. Unos dicen que el terreno fue donado para las canchas y montar ahí el jaripeo en las fiestas patronales; los otros están de acuerdo con la propuesta. El resultado de la división es el estancamiento del proyecto, que de seguir así se perderá y los recursos asignados a otra población.
El segundo hecho ocurrió apenas el lunes de esta semana, cuando los delegados municipales volvieron a convocar a una junta para comunicar que el gobierno del estado cambiaría la red de agua potable que fue tendida, según me cuentan mis papás, hace sesenta años cuando el pueblo tenía menos habitantes y por el lugar no circulaba la cantidad de vehículos pesados que actualmente lo hace y que ha ocasionado que se rompan varios tubos.
Aunque parezca increíble el proyecto tiene opositores, incluso entre los habitantes que sus calles no están conectadas a la red de agua. Entre los argumentos para el rechazo podemos encontrar que si van a cobrar demasiado, o que si el gobierno quiere municipalizar el agua para quitarle al pueblo la concesión que tiene desde hace casi ochenta años.
Lo sucedido en mi pueblo ocurre también en todo el país. México está dejando escapar oportunidades de desarrollo por la división de la ciudadanía. Por un lado, están quienes siguen “a pie juntillas” ideas que ya no empatan con el mundo en que vivimos actualmente, a lo que hay que agregar que no aceptan cambios en lo que ellos llaman su proyecto transformador, que más bien ha generado retrocesos.
Por la otra parte están quienes tienen ideas globalizadoras, que buscan insertar a México en el mundo. Esta fracción de mexicanos no ha conseguido hacerse escuchar y hemos respondido de mala manera a lo que nos presenta. Urge que lleguemos a acuerdos para darle rumbo al país porque de lo contrario, las oportunidades de desarrollo van a irse como si fueran golondrinas.
EN EL TINTERO
Jugada maestra la de Alejandra del Moral, precandidata del PRI a la gubernatura del Estado de México al fijar su opinión sobre el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. La terminal aérea, dice la aspirante a gobernar el Edomex, “no es de un partido, es de todos los mexiquenses” y añadió que ahora toca aprovechar las oportunidades de desarrollo para todos los municipios de la región donde está asentado.
¿Qué responderá la campaña morenista ahora que le han quitado un cartucho electoral?