Una vez conocido el veredicto en México comenzaron a funcionar dos máquinas, una para sacar raja política del asunto, la otra para evitar posibles daños a su prestigio y aspiraciones políticas
El juicio terminó y Genaro García Luna, exsecretario federal de Seguridad durante el sexenio de Felipe Calderón, fue declarado culpable de los cinco cargos que le fueron imputados. No hubo sorpresa.
Una vez conocido el veredicto en México comenzaron a funcionar dos máquinas, una para sacar raja política del asunto, la otra para evitar posibles daños a su prestigio y aspiraciones políticas.
Los operarios de la máquina destinada a sacar raja política ven en el veredicto la validación de todas las acusaciones contra su archienemigo, Felipe Calderón y quieren ver en el exfuncionario condenado en Estados Unidos la golondrina que hace verano y cubrir con el manto de sus acciones ilícitas a los gobiernos panistas.
Uno de esos operarios, Mario Delgado, presidente de Morena, anunció que el partido que encabeza presentará un recurso ante el INE para retirarle el registro al Partido Acción Nacional.
“Le vamos a solicitar el INE que le retire el registro al Partido Acción Nacional porque está comprobado que es una organización criminal más que política, y una organización criminal no puede seguir aspirando a participar en política y querer gobernar a mexicanos y mexicanas… Nunca más gobiernos criminales, corruptos y asesinos. La historia, la justicia y el pueblo los va a poner en su lugar”, afirmó el líder morenista.
Quien no quedó contento con el desarrollo del juicio fue el presidente López Obrador, quien deseaba escuchar en las sesiones una hemorragia de nombres. Ansiaba escuchar una y otra vez el nombre de Felipe Calderón y otros exfuncionarios, como se dice popularmente: quería ver sangre, pero esto no se dio. Sin embargo, hizo una sugerencia al condenado:
“Todavía hay la posibilidad de que García Luna se declare testigo y yo diría como presidente de México, por el bien del país que ojalá y lo haga a cambio de que informe, sobre si recibía órdenes o informaba a los expresidentes, tanto a Fox como a Calderón, a Fox cuando estaba en la AFI y a Calderón cuando era secretario de Seguridad”.
El mandatario mexicano añadió:
“Otra cosa muy importante, que es bueno para México y también es bueno para Estados Unidos, cuáles eran sus vínculos con las autoridades de Estados Unidos porque fue hasta premiado por autoridades de Estados Unidos y no puede ser que tampoco supieran porque lo de ´Rápido y Furioso´ fue una acción concertada y eso tampoco está”.
Veamos ahora el otro lado, el de los operarios de la máquina que busca reducir los daños que el fallo en la Corte Federal de Nueva York dejó. Quisiera hacer hincapié en el comunicado publicado por el expresidente Calderón, quizá el más golpeado por el resultado del juicio.
Del texto de dos cuartillas me llama la atención el tercer párrafo:
“Esa resolución no demerita la lucha valiente de miles de policías, soldados, marinos, fiscales, jueces y servidores públicos de bien que defendieron a las familias mexicanas de la delincuencia.”
Afirmar que el gobierno de Felipe Calderón y el PAN son criminales por las acciones de García Luna es una falta de respeto a los integrantes del aparato de seguridad del Estado, que incluso han dado su vida en el cumplimiento de su deber.
Lo que sí debe hacer el expresidente, desde mi punto de vista, es explicar más allá de la duda razonable el motivo por el que dejó a García Luna en el cargo a pesar de los rumores, que él mismo admitió le llegaban a su oficina.
En este caso no hay ganadores ni perdedores, perdimos todos. Perdió México porque, sí, el exfuncionario era tan “malo”. Perdió Estados Unidos porque deberá explicar también los motivos por los que condecoró al “súper policía caído”.
EN EL TINTERO
Después del veredicto contra Genaro García Luna me quedan varias preguntas en el tintero, que espero amable lector, me pueda ayudar a responder:
¿Cómo será utilizado el veredicto en las elecciones en el Estado de México y Coahuila?
¿Afectará las acciones contra el llamado Plan B de la reforma electoral?
¿Seremos capaces los mexicanos de resistir la tu “garcíalunización” (el término se lo escuché a Loret) de los asuntos públicos?