Elecciones 2024
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Unas horas antes de su registro como candidato de la alianza Va por la Ciudad de México, Santiago Taboada se sinceraba: estaba ante una tarea monumental —derrotar a Morena en su bastión histórico— y arrancaría con desventaja.

La designación de candidatos para las alcaldías en la formación izquierdista eran buenas noticias para la causa del exalcalde de Benito Juárez, quien en la víspera recibió una filtración del bando oficialista: apenas siete puntos lo separaban de Clara Brugada.

Taboada guardará el origen de esa información privilegiada… que resulta precisa. Justo por esos días —hace tres semanas—, el equipo de la exalcaldesa de Iztapalapa había conocido el estudio demoscópico elaborado por Polithink, después de levantar 3,300 entrevistas. La brecha entre los dos aspirantes punteros, de apenas un dígito… lo que obligaba a mejorar la comunicación, pero sobre todo el trabajo territorial.

Esta encuesta, con información de cada uno de los 33 distritos, es distinta —complementaria en todo caso— de otros ejercicios demoscópicos recientemente ordenados por Morena, en el último cuatrimestre. Entre éstos, las mediciones en las nueve entidades donde habrá elecciones para renovar gubernaturas y en los 150 municipios catalogados como prioritarios por la dirigencia partidista, encabezada por Mario Delgado y Citlalli Hernández.

El war room de Brugada tomó con escepticismo la información de Polithink, pero los encuestadores obedecen a razones distintas que las ideológicas. Hace un año, esa casa encuestadora y Demotecnia trabajaron para la campaña aliancista, en el Estado de México, con Del Moral, pero a partir de septiembre se sumaron a tren cuatroteísta.

Desde el arranque de las evaluaciones para definir a los coordinadores estatales de los comités para la defensa de la transformación, Demotencia-De las Heras se colocó en el centro del concentrado de encuestadores al servicio de Morena, cuya dirigencia recientemente presumió de contar con una medición nacional —levantada en cada uno los 300 distritos electorales federales—, con números altamente favorables a su causa. Ese grupo es distinto al grupo de casas encuestadoras —también al servicio del partido guinda— que publica encuestas de pronóstico preelectoral.

¿De veras son distintos a los de antes? Esa mega encuesta —30,000 entrevistas cara a cara, en vivienda— recuerda a las dinámicas demoscópicas aplicadas por el PRI. Antes del 2000, esos estudios distritales eran coordinados por María de las Heras. Y a la mitad del sexenio peñista, cuando Manlio Fabio Beltrones estuvo al frente del tricolor, también hicieron ese tipo de diagnóstico.

Sin descartar que los otros contendientes hayan encargado estudios similares —tanto Alito Moreno como Dante Delgado han referido a esas mediciones—, la calidad de la información dependería de su amplitud y de la reputación de las firmas contratadas para tales efectos. El INE tendría que detectar esos millonarios contratos. Ya sea porque las casas encuestadoras le informaran sobre su trabajo o porque la formación izquierdista genere ese reporte, dentro de sus gastos de precampaña.

Entre los proveedores de servicios de comunicación y estrategia contratados por la priista Alejandra del Moral hace un año, también estuvieron Pico Covarrubias, Carlos Mandujano y Roberto Trad. El primero se quedó con Xóchitl Gálvez, mientras que el segundo ahora trabaja con Lucy Meza, la abanderada aliancista en Morelos.

Las encuestas partidistas han detectado escenarios de contiendas cerradas en seis de las nueve gubernaturas que tendrán elección concurrente con la presidencial. La contienda entre Taboada y Brugada es una. Otra, la de Meza y la abanderada morenista, Margarita González Saravia.