Lo escrito en esta columna es una sopa de su propio chocolate para Samuel
“El Bronco” si tuvo un congreso palero, le aprobaron su licencia los diputados del PRI y del PAN para que pudiera ser candidato. Movimiento Ciudadano votó en contra de la licencia. Incumplió su palabra de quedarse en Nuevo León, no cumplió con sus promesas de campaña. No cumplió con sus compromisos de campaña”. Esto escribió en su carácter de diputado del Congreso de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, cuando, el 22 de diciembre del 2017, Jaime Rodríguez Calderón, alias el Bronco, pidió licencia por seis meses al cargo de gobernador de dicha entidad, licencia que se haría efectiva el 1º de enero del 2018 para poder contender, como candidato independiente, por la presidencia de la república el 1º de julio de dicho año. El resultado todos lo sabemos.
Pero ahí no quedó la cosa, no contento con lo escrito el joven político regio puso la lengua en movimiento antes de conectarla con su cerebro y dijo lo siguiente: “Respeto las ambiciones personales del gobernador, pero no puede estar por encima de las ambiciones del estado, y cierro diciendo que aunque en el primer informe (de gobierno del Bronco) dije que apoyaría las ambiciones presidenciales, si cumplía los resultados, mientras no los vea no puedo apoyarlo, pero tampoco puedo detenerlo. No estamos en contra de los derechos políticos del ahora exgobernador con licencia Jaime Rodríguez, pero si sé que su ambición personal se interpuso ante el interés colectivo”.
Cumplida su misión como legislador local, su partido Movimiento Ciudadano, propuso al joven Samuel García como senador de la República por el principio de mayoría relativa. Dejó el Senado el 18 de noviembre del 2020 para ser candidato a la gubernatura de Nuevo León, cosa que logró el 4 de octubre del 2021.
Antes de tomar posesión, el 13 de junio del mismo año, en la Comisión Estatal Electoral, durante la recepción de su constancia de mayoría como gobernador electo del estado de Nuevo León, García Sepúlveda declaró categóricamente, tal como lo consignó nuestra compañera Lourdes Flores en El Economista de esa fecha: “No se confundan, van a tener un gobernador de seis años, no van a ganar las ambiciones ni las tentaciones, voy a dedicar lo mejor de mi vida, lo mejor de mi tiempo las 24 horas, los siete días de la semana a Nuevo León, voy a destinar la capacidad de mi equipo, de un servidor, para poder entregarle al estado a mis 39 años un nuevo Nuevo León”.
A dos años 19 días de su flamante toma de posesión; a los 28 meses con 10 días de haber pronunciado su discurso donde prometió 6 años de gobierno para Nuevo León, Samuel renunció a la gubernatura, para hacer lo mismo que el Bronco. Sobran las palabras. Lo escrito en esta columna es una sopa de su propio chocolate para Samuel.
Al parecer García Sepúlveda se quiso pasar de listo. Al enviar su solicitud de “licencia temporal” para contender por la Presidencia la pidió por seis meses; dejando claro que su relevo sería el Secretario General de Gobierno, como según él mandata el Artículo 121 de la Constitución estatal. Pero, en realidad, el mencionado artículo sólo concede permiso para 30 días en la que el Ejecutivo puede designar al encargado de despacho. Pasando éste plazo es el Congreso el que designará un gobernador interino.
Algo que llama la atención es que Samuel será candidato interno de MC. Marcelo Ebrard que aún espera la respuesta a su impugnación del proceso interno de Morena, probablemente la reciba el Día de los Inocentes; tiene la propuesta de quedar como candidato ciudadano externo de Movimiento Ciudadano, donde Dante Delgado, además de dueño de la institución, puede también ser candidato. ¿Usted lo entiende? Yo tampoco.
Punto final
-Hija, ¿cómo que perdiste tu virginidad?
-Sí, pues es que donde la ponen.