Como manda la ley emanada del Derecho Natural, el exfuncionario mexicano es inocente hasta que los fiscales estadounidenses logren comprobar su culpabilidad
Si bien los juicios en Estados Unidos comienzan con la elección de las personas que fungirán como miembros del jurado —imparciales y sin prejuicios—, será hoy cuando comiencen las audiencias, en la Corte del Distrito Este de Nueva York, para juzgar al exdirector de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien, según la fiscalía, es presunto responsable de aceptar sobornos millonarios para proteger al Cártel de Sinaloa entre el 2001 al 2012, cuando fue director de la Agencia Federal de Investigaciones durante el sexenio de Vicente Fox, y, posteriormente, secretario de Seguridad Pública, durante el período de gobierno de Felipe Calderón. También tiene un cargo por hacer declaraciones falsas ante autoridades estadounidenses.
Como manda la ley emanada del Derecho Natural, el exfuncionario mexicano es inocente hasta que los fiscales estadounidenses logren comprobar su culpabilidad. (Al parecer México es la excepción que confirma esta regla. Gobiernos van y gobiernos vienen y en nuestro país somos culpables hasta que no demostremos nuestra inocencia).
García Luna, quien está siendo juzgado en el mismo tribunal que condenó a Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, de ser hallado culpable afrontaría una condena que puede ir de 10 años de prisión a cadena perpetua. El juicio puede ser interrumpido si el acusado decide hacer una negociación y declararse culpable, cosa que hasta el momento la defensa no ha buscado y, al parecer, no buscará, pues considera que de hacerlo sería involucrarlo en algo que no hizo.
Más bien los argumentos de los defensores de García Luna encabezados por el abogado César de Castro, van por otro camino: Alegan que la fiscalía de Estados Unidos no ha podido poner en evidencia que su defendido haya aceptado sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa, excepto por el testimonio del delincuente y testigo protegido, Jesús el Rey Zambada, según lo que éste reveló durante el juicio a Guzmán Loera. El hermano del Mayo declaró haber entregado al enjuiciado, en un restaurante de la Ciudad de México, maletas con entre seis y ocho millones de dólares entre el 2005 y 2007.
También, la defensa argumenta que su cliente cuando estuvo en sus cargos fue reconocido por Estados Unidos en su lucha contra el narcotráfico y pidió al juez que permita presentar pruebas de las felicitaciones y premios que recibió de parte de las autoridades de seguridad estadounidenses por sus esfuerzos en combatir a los cárteles mexicanos de la droga.
La verdad es que el juicio del ingeniero mecánico, Genaro García Luna, tan proclive él a los montajes de tipo cinematográfico, va a resultar como le manifestó, Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, a la periodista Elisa Alanís, “un peliculón”. Aunque nos preguntamos, como la propia periodista lo hizo en su columna del periódico Milenio: “¿Por qué nos tenemos que enterar del guión gracias a procesos en Estados Unidos?”.
Al hablar del juicio de García Luna, no pueden soslayarse los nombres de quienes fueron sus jefes durante los años en que presuntamente recibió sobornos millonarios del narco, Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes o fueron sus cómplices y por lo tanto tan culpables como él o, es verdad que no se dieron cuenta y por lo tanto son un par de idiotas.
Y mientras el peliculón transcurre, Calderón se distrae en España participando de competencias náuticas —siempre en el agua—. Por cierto luego de una regata y sin mostrar desasosiego alguno por lo que su subordinado cante en Nueva York, él cantó, desafinadamente, acompañado de un remedo de mariachi, sin temor al ridículo —lo que hace alcohol—.
Paradojas de la vida, mientras Calderón en España se pone hasta las trancas, en Nueva York, García Luna está en su juicio.
Punto final
Qué van a saber de paciencia los millennials, si nunca han tenido que esperar varios días para ver cómo salen en una fotografía.