Elecciones 2024
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Milagros de la 4T: el Covid 19 que arremetió por tercera vez contra el presidente López Obrador, desapareció en menos de una semana. El mandatario pese a no estar programado se presentó el pasado viernes a la conferencia mañanera de la que es titular. Ese mismo día en la tarde-noche se reunió con los senadores de Morena, PT, y Verde Oportunista, por supuesto que en la reunión estuvo, luego de dos años de ausencia en Palacio Nacional, Ricardo Monreal; también, el señor de Macuspana, invitó a las tres corcholatas fuertes, una más fuerte que las otras, váyase usted a saber quién es ésta, con lo anterior mandó un mensaje muy claro —urbi et orbi: “Sólo mis chicharrones truenan”.

Ya sabemos lo que posteriormente sucedió, los senadores morenistas y aliados, fueron al patio de la sede alterna de Xicoténcatl y sesionaron durante el resto de la noche y la madrugada del sábado para aprobar, vía fast track, como en los viejos tiempos del nefasto priismo, las iniciativas presidenciales para reformar la administración pública con la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y, ya encarrerado el ratón, el Inai.

Regreso al camino que indica el título de mi colaboración. Algo debe haber pasado, al interior del régimen, durante las horas de ausencia del jefe, para que éste dejara la enfermedad y el descanso para mejor ocasión. Sospecho que además de la súbita necesidad de dar línea a los legisladores, el presidente sintió pasos en la azotea de la sucesión. Tal vez lo inquietó la interrogante emitida por Ebrard respecto a que se defina si hay una encuesta o una favorita. Por cierto, a la solicitud de Marcelo, Claudia Sheinbaum contestó que si hay una favorita: la 4T.

Lo que es un hecho es que el haber nombrado a las corcholatas tan temprano se le está revirtiendo a AMLO al grado de que, creo, que inmediatamente después de las elecciones del Estado de México y Coahuila, Andrés Manuel, tendrá que decidir a quién designa su dedo en forma de encuesta, para que las aguas sucesorias no se salgan de madre y ejecutar la operación cicatriz —si la hubiera.

La renuncia de Martha Delgado a la Subsecretaría de Relaciones Exteriores para dedicarse a promover abiertamente la candidatura de Marcelo Ebrard tiene gran significación: El, todavía, canciller, está dispuesto a ir por la grande con y sin Morena. Ayer mandó un mensaje duro y a la cabeza de quien se supone es su amigo Mario Delgado, cuando con ironía dijo, palabras más, palabras menos: “Le pregunto a la dirigencia del partido que cuando piensa, si es que piensa, decidir los tiempos del debate y de la encuesta”.

Entre los analistas políticos hay quien dice que todo ya está planchado para que sea Claudia la designada. Otros dicen que el indicador es Adán porque el Ejército y la Marina, que han sido empoderados por el gobierno actual, son tan machistas que no tolerarían a una mujer al mando. También algunos piensan, en contraposición de lo señalado por el Ejecutivo en su discurso del pasado 18 de marzo, que Marcelo es el Ávila Camacho de las actuales circunstancias geopolíticas y sociales del país.

¿Por quién se decidirá el Dedo del Señor? Es una incógnita que tiene que despejarse, ¡ya!

Epigramas

Mientras tanto compartiré con mis lectoras y lectores unos epigramas que me envía mi heterónimo Pipo Corripio, sobre el tema.

Que Adán regrese al edén/ -paraíso tabasqueño./ Pues a mí para la grande/ me parece muy pequeño.

Marcelo que ya está en celo/ pide que haya debate/ mientras AMLO con recelo/ se hace loco de remate.

Al presentar a su novio / en Mazatlán se hizo obvio/ que la Sheinbaum va que vuela/ para ser Primera Abuela.

Punto final

La mala ortografía es una enfermedad de transmisión textual.