Elecciones 2024
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En el bien documentado libro, Los millonarios de la guerra, escrito por la periodista Peniley Ramírez, para Editorial Grijalbo, entre los muchos datos interesantes que contiene, uno llamó mi atención y deseo compartir con las lectoras y los lectores:

Cuando el 19 de enero del 2001, Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, se escapó del penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, el presidente Vicente Fox, ordenó que se creara un grupo especial para buscar al prófugo. El grupo se integró por el general Roberto Aguilera, director de la Oficina Antinarcóticos del Ejército y una docena de agentes de la Procuraduría comandados por Genaro García Luna.

Fue el propio general Aguilera quien le contó a la periodista que “la célula de investigación” se instaló en una casa en el Pedregal, cerca de la casa donde vivía Griselda López”, mujer de Guzmán Loera, con sus cuatro hijos: Joaquín, Griselda Guadalupe, Édgar y Ovidio Guzmán López.

“El operativo –escribió Peniley– de seguimiento era discreto. Tenían un registro detallado de las escasas salidas de Griselda López. Las más comunes eran llevar a sus hijos al colegio Ceyca, propiedad de Los Legionarios de Cristo. Una persona que estudió allí en esa época me dijo que en la comunidad escolar había reservas sobre el origen del dinero con el que Griselda pagaba la educación de sus hijos, pero la escuela aceptó las donaciones que ella hizo”. (¿Ustedes creen que Los Mercenarios, es decir, Los Legionarios de Cristo aceptarían recibir dinero proveniente del narco?).

Más adelante la autora del libro nos hace saber: “Ovidio se integró al equipo de baloncesto de su escuela y ahí hizo buenas migas con varios compañeros, entre ellos Alfonso Durazo Chávez”. El buen amigo de Ovidio era el hijo de Alfonso Durazo Montaño, para entonces secretario del presidente Fox.

Sigo con la transcripción de lo escrito en Los millonarios de la guerra: “En octubre de 2019, el gobierno mexicano hizo público que Ovidio estaba acusado de narcotráfico en Estados Unidos. Un operativo para detenerlo en Culiacán ocasionó un caos en la capital de Sinaloa. Hubo bloqueos, incendios, camionetas artilladas recorriendo la ciudad, ocho muertos y 16 heridos, según las cifras oficiales. El gobierno logró arrestarlo pero tras la exhibición de músculo del Cártel de Sinaloa, lo dejó ir, alegando que con ello se evitaba un mayor derramamiento de sangre. Alfonso Durazo –padre de Durazo Chávez, amigo de la infancia Loera López–, como secretario de Seguridad del gobierno obradorista, dio la noticia de la detención fallida: ’La liberación de Ovidio Guzmán fue para proteger vidas’”. Curiosa coincidencia, ¿no?

Prietitos en el arroz
1.- Quien entrevistó a Felipe Calderón en España, desperdició la oportunidad de preguntarle si continúa pensando que Genaro García Luna, quien fuera su secretario de Seguridad, es inocente de los delitos que le imputan.

2.- Por medio de dos videos en YouTube se destapó como presunto candidato de la sociedad civil para la elección presidencial del 2024, el exdirigente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, en la primera pieza audiovisual manifiesta que “los mexicanos estamos hasta la madre de los políticos sexenio tras sexenio nos han demostrado que son unos incompetentes”. Dicho así, sin especificar quienes son los políticos incompetentes comete un grave error porque tarde que temprano va a tener que recurrir al apoyo de una coalición o de un partido político. En la segunda pieza habla de “un nuevo acuerdo con los americanos”. El gentilicio americanos está utilizado para designar a los estadounidenses. Americanos somos todos los que nacimos en América. Cuando alguien –los expresidentes Fox y Calderón lo hacían– utiliza el gentilicio americanos para nombrar a los estadounidenses no sólo le falta al respeto a los canadienses y a todos los latinoamericanos sino que expelen un fuerte aroma a sumisión.

Punto Final
México, país donde los prietos insultan a otros prietos por estar más prietos.