Elecciones 2024
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Todo mundo sabe que nuestra mexik politik es territorio vetado para las mujeres. El discurso es una cosa y la realidad es otra. Se habla de inclusión, de equidad y vaya usted a saber de qué otras cursilerías… somos un país que no tiene una sola gobernadora en funciones, el gabinete del presidente Enrique Peña Nieto solo presume a cuatro féminas en el organigrama (las secretarias de Desarrollo Social, de Turismo y de Salud, Rosario Robles, Claudia Ruiz y Mercedes Juan, respectivamente; y la procuradora Arely Gómez) y de mujeres en la SCJN, el INE o el TEPJF, ¡mejor ni hablemos!

Por eso, en esta ocasión, vamos a preparar unos indigestos machitos.

INGREDIENTES:

– 4 o 5 kilos de machito de res (de buey, para que me entiendan)

– ½ kilo de ignorancia

– 2 cucharadas de misoginia

– 5 tomates de odio

– 1 diente de machismo

– ½ litro de aceite de indiferencia

– 4 hojas de frases ofensivas e hirientes

REPARACIÓN:

Hay que lavar los machitos o tripas de buey y ponerlas a fuego lento en una cazuela con la misoginia, el odio, el machismo y la ignorancia.

Mientras se dejan hervir todos estos ingredientes se pueden sazonar con frases como: “las mujeres están buenas… para cuidar niños y atender la casa”, del gobernador de Baja California, Francisco “Kiko” Vega; “lavadora de dos patas”, del expresidente Vicente Fox; “aflojó el cuerpo” (dedicada a la entonces diputada federal Ruth Zavaleta) del exlegislador petista Gerardo Fernández Noroña; “las mujeres son como la tierra, por lo que hay que ‘trabajarlas’ y ‘abonarlas’”, del exdiputado federal priista Salvador Arellano; “para gobernar un estado como Guerrero se necesitan ‘tamaños’ (…) una mujer no puede enfrentar esta crisis”, del dizque gobernador guerrerense Rogelio Ortega; “no hay mujer bonita que no sea meretriz”, del priista Sergio Monroy… mientras más frases utilice mejor aderezado saldrá el machito.

Cuando ya esté suavizada la carne, aunque sea por encimita, córtela en trozos y fríalos en una sartén con aceite, hasta que estén dorados completamente. Escúrrales la grasa y la mala leche que puedan traer todavía. La carne dorada se reparte en tortillas, se les pone sal, limón y salsa al gusto. Ahora sí, ya están listos para amargarle el paladar a cualquier mujer.

¡Mal provecho!

Contacto.- www.lapoliticamedarisa.mx

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