Elecciones 2024
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A partir de la elección de Donald Trump el 8 de noviembre del año pasado, los principales índices accionarios de Estados Unidos han tenido un repunte muy importante, con el índice Dow Jones, subiendo aproximadamente 16 por ciento.

Aunque la reacción inicial de los mercados al sorpresivo triunfo de Trump fue negativa, éstos comenzaron a descontar un escenario de mayor crecimiento económico impulsado por los siguientes factores: I) la expectativa de recortes en los impuestos; II) una mayor inversión pública en infraestructura; III) la posible desregulación de varios sectores; y IV) el final de la parálisis legislativa al tener al mismo partido al mando del poder ejecutivo y las dos cámaras legislativas.

La combinación de estos factores aunada a la creciente evidencia de que la recuperación económica se ha robustecido han contribuido a eliminar la amenaza de deflación que ha estado presente desde la crisis del 2008-09. En este contexto, los mercados están dando un mayor peso a estos factores positivos que a factores de riesgo como el alto grado de incertidumbre en cuestiones de política comercial y reforma tributaria –concretamente el Border Adjustment Tax.

La situación se asemeja mucho a lo ocurrido en las elecciones de 1980 en las que Ronald Reagan ganó la presidencia de manera relativamente sorpresiva ante el presidente Jimmy Carter que buscaba la reelección. Aunque el contexto económico es diferente, el comportamiento del mercado en los meses posteriores a la elección es similar.

Vale la pena recordar que en 1980 el entorno económico era uno de bajo crecimiento pero con altos niveles de inflación y tasas de interés mientras que en la actualidad partimos de un escenario de bajo crecimiento pero con poca inflación y tasas de interés extraordinariamente bajas. Al momento de la elección de Reagan los mercados reaccionaron de manera negativa inicialmente, pero esta reacción fue seguida de un repunte importante que duró varios meses.

Entre principios de noviembre de 1980 y finales de abril de 1981, el índice Dow Jones tuvo un repunte de más de 10 por ciento. Este buen desempeño fue provocado por la expectativa de que la administración de Reagan implementaría una política fiscal expansiva (reduciendo los impuestos) e impulsaría un ambicioso plan para desregular varios sectores y generar empleo.

Sin embargo, el rally inicial provocado por estas expectativas perdió fuerza a finales de abril de 1981 y el índice Dow Jones comenzó a bajar, perdiendo casi una cuarta parte de su valor entre abril de 1981 y agosto de 1982. Esta caída se dio en medio de una doble recesión económica que obligó a Reagan a redoblar sus esfuerzos para estimular a la economía.

Estos esfuerzos rindieron frutos y a partir de agosto de 1982, los mercados accionarios comenzaron un histórico rally que duró hasta octubre de 1987. Durante éste, el Dow Jones triplico su valor, a pesar de que termino abruptamente con el lunes negro de 1987 —donde el Dow Jones perdió 30% de su valor en un solo día— para finales de 1989 los mercados habían recuperado todo el terreno perdido y el rally continuó hasta principios de los años 90 cuando la presidencia de George Bush padre se vio forzada a aplicar una política fiscal más restrictiva para reducir el creciente déficit fiscal creado por los estímulos de la era Reagan.

Una diferencia importante es que los múltiplos precio/utilidad del mercado en el comienzo de la era Reagan estaban muy por debajo del promedio histórico, mientras que los múltiplos actuales están ya en territorio de máximos históricos. Si bien es cierto que los múltiplos actuales pueden ser mucho más altos ya que las tasas de interés están en mínimos históricos, los inversionistas parecen estar apostando de manera importante por que las ideas más radicales y potencialmente disruptivas de la administración Trump en el tema de comercio internacional se quedarán en el tintero. De lo contrario, podríamos ver un abrupto fin al rally Trump.