Elecciones 2024
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En el año de 1982, el sencillo “Party like it’s 1999” del cantante Prince (fallecido en el 2016) alcanzó el lugar número uno de la lista de éxitos de Billboard 100. La letra de esta canción relataba que, ante el inminente fin del mundo en el primer minuto del año 2000, había que festejar y gastar como si fuera la última noche de 1999.

La letra de la estrofa principal de este sencillo quedó eternamente vinculada con la fiesta alcista de los mercados impulsada por la burbuja de acciones tecnología al cierre de 1999.

En el último día de 1999, el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq marcaron máximos históricos de manera simultánea. El S&P 500 alcanzó 2,193 unidades mientras que el Dow Jones y el Nasdaq llegaron a 11,497 y 4,069 puntos, respectivamente.

Aunque este evento (el triple máximo simultáneo) se repitió en varias ocasiones durante 1999 y los tres principales índices (S&P 500, Nasdaq, y Dow Jones) alcanzaron nuevos máximos durante el primer trimestre del 2000, estos hitos no se dieron de manera simultánea para los tres índices.

A unos pocas semanas del triple máximo del último día de 1999, los mercados entraron en una marcada racha negativa que duró casi dos años y medio. Entre el primer trimestre del 2000 y octubre del 2002 el Nasdaq perdió tres cuartas partes de su valor mientras que el S&P 500 descendía 50% y el Dow Jones caía 33 por ciento.

Para que el S&P 500, el Dow Jones, y el Nasdaq volvieran a marcar máximos históricos en el mismo día, los inversionistas tuvieron que esperar 16 años, hasta el 11 de agosto del 2016.

Durante los siguientes cinco años, los tres índices siguieron marcando nuevos máximos históricos (interrumpidos temporalmente entre marzo y junio del 2020 por la llegada de la pandemia). Sin embargo, no fue hasta el 1 de noviembre del 2021 que los tres índices volvieron a marcar un máximo histórico de manera simultánea.

A partir de esa fecha y hasta finales del 2022, los tres índices registraron caídas notables, con el S&P bajando 18%, el Dow Jones 6% y el Nasdaq 34 por ciento. Durante el 2023, los tres índices registraron avances importantes, pero sin lograr superar los niveles alcanzados en el triple máximo de noviembre del 2021.

Esta racha alcista se ha extendido a las primeras semanas de este año y el lunes de esta semana, los tres índices finalmente volvieron a marcar un máximo histórico de manera simultánea.

Aunque en dos de las tres últimas ocasiones que esto ha sucedido hemos visto un ajuste posterior a la baja en los mercados, no estamos planteando que el nuevo triple máximo histórico simultáneo anticipe el inicio de un mercado bajista.

Aunque hay quienes ven algunas señales de que el ciclo se está agotando, hay quienes ven una nueva ola de innovación tecnológica y una recuperación en los crecimientos de las utilidades de las empresas justifica la continuidad de la racha alcista.

En este campamento se encuentran los especialistas más optimistas, que anticipan que el S&P 500 podría alcanzar los 5,200 puntos al cierre del 2024. Este objetivo representaría un alza de 6.8% contra el cierre de ayer miércoles.

Sin embargo, en el campamento de los pesimistas, los objetivos de fin de año para el S&P 500 rondan los 4,200 puntos, lo cual representaría una caída de 14% contra el nivel actual.

Para los pesimistas, los niveles de valuación no son compatibles con un entorno de desaceleración económica como el actual. En concreto, los pesimistas argumentan que las expectativas de crecimiento de utilidades de las empresas son demasiado optimistas.

Adicionalmente, los pesimistas también sostienen que el múltiplo precio/utilidad (P/U) al que cotiza actualmente el S&P 500 es de casi 20 veces contra las utilidades proyectadas del 2024 y de 20 veces contra las observadas en el 2023, mientras que promedio histórico es de 16.

Por otro lado, los optimistas argumentan que, aunque el múltiplo está por arriba de su promedio histórico, también está muy por debajo de las 44 veces a las que llegó en diciembre de 1999. Adicionalmente, los optimistas anticipan que los múltiplos podrían seguir subiendo conforme bajen las tasas de interés.

La expansión de múltiplos observada durante buena parte del periodo 2010-2022 se debió, en cierta medida, a la gran ola de liquidez creada por los bancos centrales y un entorno de tasas de interés reales negativas (y en algunos casos tasas nominales negativas).

En la actualidad, estamos en un entorno de tasas reales altas y para que los índices mantengan su tendencia alcista es primordial que las tasas nominales bajen acorde con lo que está anticipando el mercado sin que haya una recesión.

En conclusión, parecería que los mercados podrían ser vulnerables a un ajuste temporal si no se cumple el escenario perfecto de soft landing sin inflación.