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El miércoles, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dará a conocer su quinta decisión de política monetaria del año.

El mercado espera que, después de la pausa en la decisión del mes pasado, la Fed incremente la tasa de fondeo en un cuarto de punto, con lo cual alcanzaría un rango de 5.25 – 5.50 por ciento. Este sería su nivel más alto desde el 2006, cuando la Fed instrumentó un ciclo de alzas que llevó la tasa de fondeo desde 1% en junio del 2003 a un máximo de 5.25% en junio del 2006.

Dado que el mercado de futuros de tasa asigna una probabilidad implícita de 99% al incremento de medio punto, la atención del mercado está enfocada en el tono del comunicado que acompaña a la decisión de la Fed y a la conferencia de prensa de Jerome Powell, buscando señales sobre un posible final del actual ciclo de alzas que comenzó en marzo del año pasado y que ha llevado la tasa de un rango de 0 – 0.25% a 5.25 – 5.50% a partir de mañana.

Aunque los integrantes del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por su sigla en inglés) han constantemente comentado que el ciclo podría continuar con un alza más antes de que concluya el año, el mercado no está convencido de esto.

De acuerdo con el mercado de futuros de tasas, la probabilidad implícita de una nueva alza de un cuarto de punto en la próxima reunión de la Fed programada para septiembre es de tan sólo 15 por ciento. Si ampliamos el horizonte a la reunión de noviembre, la probabilidad implícita sube a 30% mientras que para la de diciembre la cifra baja a 27.5 por ciento.

El mercado está apostando que el descenso en la inflación observado en los últimos meses, que la ha llevado de un máximo de 9.1% en junio del 2022 a 3.0% en junio de este año, mantendrá una trayectoria favorable y que la economía tenderá a desacelerarse lo suficiente para evitar presiones inflacionarias adicionales.

Parte clave de esta desaceleración tendría que darse en el mercado laboral para evitar mayores presiones salariales.

Aunque los datos más recientes han mostrado un menor ritmo de crecimiento en el empleo formal y una disminución en el número de vacantes disponibles, los salarios mantienen incrementos que no serían consistentes con la meta inflacionaria de la Fed.

En este contexto y conforme las bases de comparación se vuelven menos favorables, los datos de inflación general podrían mostrar un ligero repunte en los próximos meses.

Adicionalmente, la disminución en la inflación subyacente, que es dónde la Fed pone la mira, ha sido menos benévola.

La medida preferida por la Fed para la inflación subyacente, el deflactor de precios subyacente para consumo personal (el Core PCE) ha descendido de un máximo de 5.03% en junio del 2022 a 4.6% en mayo de este año. La cifra de junio se publica el viernes y la expectativa de mercado es un descenso a 4.2%, aún lejos de la meta de 2.0% de la Fed.

Si adicionalmente consideramos que la actividad económica ha desafiado todos los pronósticos de recesión, manteniendo un ritmo de expansión mucho más robusto al esperado, es probable que tanto el comunicado como la conferencia de prensa tengan un sesgo restrictivo, apuntando a una pausa larga y sin descartar un incremento adicional en lo que resta del año.

La agenda económica de la semana también incluye la decisión de política monetaria del Banco Central Europeo (ECB, por su sigla en inglés) programada para el jueves.

El mercado anticipa que el ECB anunciará un alza de un cuarto de punto que llevaría la tasa de interés de referencia a 3.75%, su nivel más alto desde el 2000.

Asimismo, el mercado espera que el comunicado tenga un tono restrictivo, descartando bajas en el corto plazo y manteniendo la puerta abierta para realizar un incremento más en caso de ser necesario.