Sin embargo, los vientos a favor del primer trimestre para la economía mexicana podrían perder fuerza marcadamente en lo que resta del año, especialmente si la actividad económica en EU sigue debilitándose
La semana pasada se publicaron las cifras preliminares del PIB para el primer trimestre de este año en Estados Unidos y México con resultados interesantes.
En el caso de Estados Unidos, el PIB del primer trimestre creció a una tasa trimestral anualizada de 1.1% con respecto al cuarto trimestre del año pasado.
Dicha cifra, además de estar por debajo del consenso de expectativas del mercado, que se ubicaba en 1.9%, representa una desaceleración considerable contra el crecimiento trimestral anualizado de 2.6% observado en el cuarto trimestre del año pasado.
La desaceleración es principalmente atribuible a una desacumulación de inventarios que restó dos puntos y medio al crecimiento trimestral del PIB. Esta situación se da después de una fuerte acumulación de inventarios en el cuarto trimestre del año pasado.
Buena parte de la desacumulación de inventarios se puede explicar por una demanda agregada más resistente a lo esperada y un sector empresarial que se había preparado para una desaceleración más pronunciada.
Lejos de desacelerarse durante el trimestre, el consumo desafió todos los pronósticos, acelerando su crecimiento, pasando de una tasa secuencial anualizada de 1.0% en el cuarto trimestre del año pasado a 3.7% en este trimestre.
El robusto crecimiento en el consumo se explica por una fuerte recuperación del gasto personal en bienes duraderos (liderado por el segmento de vehículos y autopartes) y en servicios (explicado por un importante crecimiento en los servicios de salud, alimentos, y alojamiento).
Para los especialistas, esta recuperación se explica, en gran parte, por un pico de gasto en enero y condiciones climatológicas muy favorables después de un diciembre con temperaturas inusualmente frías que provocaron una menor actividad al cierre del 2022.
En términos de inflación, el deflactor de precios subyacentes del PIB (el core PCE) presentó un crecimiento anualizado de 4.9%, por arriba del consenso de 4.7% y de 4.4% observado en el cuarto trimestre del año pasado. Estas cifras seguramente llevarán a la Fed a subir la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto en la reunión de esta semana.
Aunque el consumo tuvo un desempeño mejor al esperado, los especialistas anticipan una mayor desaceleración en el segundo trimestre del año.
En el caso de México, el crecimiento trimestral del PIB fue de 1.1% contra el cuarto trimestre del 2022 y de 3.9% contra el primer trimestre del 2022. Ambas cifras estuvieron por arriba del consenso de expectativas y reflejan aceleración inesperada.
Si anualizamos las cifras de crecimiento trimestral secuencial para hacerlas comparables con las que publica el Bureau of Economic Analysis para Estados Unidos, el crecimiento en México contrasta de manera muy favorable contra el de EU.
Sin embargo, vale la pena recordar que el PIB de Estados Unidos es casi 10% superior a su nivel al cierre del 2018, mientras que en México apenas se alcanzará este trimestre.
Las cifras de crecimiento del primer trimestre en México seguramente llevarán al mercado a realizar una revisión al alza los estimados de crecimiento del PIB para este 2023 de una media de 1.8% a algo más cercano a 2.0 por ciento.
Sin embargo, los vientos a favor del primer trimestre para la economía mexicana podrían perder fuerza marcadamente en lo que resta del año, especialmente si la actividad económica en EU sigue debilitándose.