En este contexto, aún existe el riesgo de que algunos legisladores, tanto republicanos como demócratas, estén en desacuerdo con los compromisos alcanzados
La fecha límite para que el Congreso de Estados Unidos (EU) apruebe un aumento en el límite máximo de endeudamiento del gobierno federal expira el lunes 5 de junio.
Si los legisladores del Partido Demócrata y el Partido Republicano no aprueban dicho incremento, el gobierno de Estados Unidos se quedará sin recursos suficientes para cumplir con sus obligaciones y se vería obligado a instrumentar una serie de recortes de emergencia en el gasto para evitar un inminente incumplimiento en sus obligaciones de pago de deuda.
Los recortes paralizarían al gobierno federal y serían una solución que simplemente compraría un poco de tiempo antes de un default. Ante esta situación, la Casa Blanca y un equipo de legisladores de ambos partidos, encabezados por el líder republicano, Kevin McCarthy, han estado negociando a marchas forzadas para lograr un acuerdo.
El domingo, el presidente Biden y McCarthy anunciaron que habían llegado a un acuerdo que suspendería el límite de endeudamiento durante los siguientes dos años a cambio de una serie de recortes en algunos rubros de gasto público en el mismo periodo.
Las principales concesiones de parte de la Casa Blanca a los republicanos incluyen límites al gasto en programas sociales como los de apoyo alimenticio, seguridad social y seguros médicos a través del establecimiento de criterios más estrictos de elegibilidad, así como una reasignación del gasto en el organismo de fiscalización de impuesto del Internal Revenue Service (IRS).
No obstante, los republicanos accedieron a no tocar los programas de apoyo a la gente indigente y a los veteranos de guerra.
Por otro lado, los demócratas se vieron forzados a relajar las reglas para proyectos de extracción de gas y petróleo. Adicionalmente, los legisladores demócratas que favorecían recortes en programas de defensa para no tocar el gasto social, accedieron a que el gasto de defensa no se reduzca.
El acuerdo aún necesita ser aprobado, primero por el Comité de Reglas y después por el pleno de la Cámara Baja. Esto podría suceder mañana miércoles y una vez aprobado en esas instancias, será turnado al Senado dónde podría demorar algunos días.
En este contexto, aún existe el riesgo de que algunos legisladores, tanto republicanos como demócratas, estén en desacuerdo con los compromisos alcanzados.
La aduana del Comité de Reglas podría ser la más difícil por la presencia de legisladores republicanos conservadores que querían extraer mayores concesiones para aprobar el incremento en el límite máximo de endeudamiento.
Sin embargo, tanto la Casa Blanca como McCarthy están optimistas que se logrará la aprobación con base en lo expresado en las conversaciones que tuvieron con diferentes grupos de legisladores durante el fin de semana.
Como señal de lo complicado de las negociaciones, hay legisladores inconformes de ambos partidos.
Por el lado de los republicanos, el ala conservadora exigía recortes más profundos en el gasto social y no la implementación de límites en el gasto ligados a la inflación. Por el otro lado, los legisladores más progresistas del Partido Demócrata expresaron descontento ante los límites impuestos en el gasto de áreas que consideran clave en su agenda progresista.
Ante esta situación, existe el riesgo de que el proceso de aprobación se extienda más allá del lunes 5 de junio. En esta situación, todo indica que los legisladores estarían dispuestos a aprobar la suspensión de límite máximo de endeudamiento por un período de 90 días para poder llegar a un acuerdo de mediano plazo.