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A pesar de que los mercados accionarios han tenido un desempeño positivo en lo que va del año y han recuperado parte del terreno perdido durante el 2022, los tres principales índices accionarios se mantienen en territorio negativo con respecto al cierre del 2021.

En concreto, el índice S&P 500 ha subido 7.7% en este 2023 pero está todavía 13% por debajo de su nivel del 31 de diciembre de 2021. Adicionalmente, gran parte de la recuperación en el S&P 500 es atribuible a pocas empresas.

Hay 10 empresas de 500, entre las que destacan Apple, Microsoft y NVIDIA, que explican casi en su totalidad el desempeño positivo del índice. Al excluir estas 10 empresas, el S&P 500 mantendría la tendencia negativa observada durante el 2022.

Aunque los resultados financieros de las empresas en el primer trimestre del año fueron mejores a lo esperado por el mercado, hay observadores que ven, debajo de la superficie del mercado, señales de estrés que podrían intensificarse en lo que resta del año.

La primera señal de preocupación es la fuerte discrepancia que hay entre las expectativas de corto plazo del mercado para la tasa de fondeo y el discurso de la Fed.

Después de más de una década en la que la Fed estuvo actuando como proveedor de liquidez a los mercados, manteniendo la tasa de interés de corto plazo en cero y las de largo plazo en niveles muy deprimidos mediante la compra masiva en el mercado de bonos del Tesoro de largo plazo y bonos hipotecarios, hoy estamos en la situación opuesta, con una Fed elevando la tasa de corto plazo a su nivel más alto desde el 2008 y retirando liquidez de los mercados.

Sin embargo, el mercado parece estar convencido de que la pausa que ha señalado la Fed durará muy poco y que el banco central comenzará a bajar las tasas en la segunda mitad de este año y que continuará con dicha tendencia en el 2024.

Esto contrasta con las proyecciones de la Reserva y los discursos de varios miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por su sigla en inglés) que pronostican una larga pausa.

Ayer lunes, Ralph Bostic, miembro del FOMC y presidente de la Fed de Atlanta, reiteró en una entrevista que el escenario base es que las tasas se mantendrán sin cambios durante lo que resta de este año y que no habría recortes hasta bien entrado el 2024.

Por otro lado, la curva de tasas de interés se mantiene invertida. Es decir, las tasas de corto y mediano plazo siguen siendo superiores a las de largo plazo.

Otro factor de preocupación es el hecho de que algunos indicadores de actividad económica siguen mostrando debilidad, aunque no se encuentran en territorio de recesión. Finalmente, aunque los múltiplos de valuación del mercado son inferiores a los del pico del 2021, éstos se mantienen por arriba de su promedio histórico.

Para algunos observadores, estas características son similares a las del bear market entre 1969 y 1970. En aquella ocasión, el S&P venía de un comportamiento volátil parecido al observado en este 2023. En noviembre de 1968 el S&P había alcanzado un nuevo máximo histórico después de haber subido casi 50% entre marzo de 1966 y noviembre de 1968. Esta fase es similar a la observada entre marzo del 2020 y diciembre del 2021.

Después de ese máximo histórico, el S&P tuvo un retroceso de casi 10% entre noviembre de 1968 y marzo de 1969. Esta fase es similar a lo sucedido en el mercado entre febrero y marzo de este año. Este retroceso fue seguido de una recuperación importante entre marzo y mayo de 1969 que se asemeja a la observada entre marzo y mayo de este año.

Esta última fase se asemeja en duración y en el porcentaje de avance pero también en el hecho de que el rally fue impulsado por pocas empresas y que ambos se dieron al final de un ciclo de alzas de la Fed.

La principal diferencia, hasta ahora, es que el inicio del bear market a finales de 1969 fue seguido de una recesión y un alza importante en la tasa de desempleo. En esta ocasión, el mercado todavía asigna una probabilidad relativamente baja a un escenario de recesión pero al mismo tiempo parece estar convencido de que la Fed comenzará a bajar las tasas muy pronto.

Para este columnista el escenario de recesión sigue siendo poco probable pero por eso mismo parece más lejano un escenario de recortes en la tasa de interés de referencia en el corto plazo.

El nivel actual del S&P 500 parece vulnerable a ajustes a la baja si no se materializa el escenario de ricitos de oro que está descontando el mercado, es decir ni muy frío para la economía, ni muy caliente para la inflación.