Entonces se vale poner en la balanza los que están a favor o en contra de abrir fronteras para compartir estilos de vida con quienes vienen de otra
No hay país que no resienta la inseguridad, la violencia, la falta de oportunidades y el paso de los migrantes, sobre todo en América Latina en donde las caravanas de miles de personas cruzan entre un país a otro para lograr una mejor calidad de vida, o al menos una que les permita reiniciar sus vidas.
Ante las diversas necesidades y problemáticas que enfrentan países de centro y Sudamérica, la seguridad es tan volátil cuando llegan migrantes que deciden quedarse por un poco tiempo para descansar o ver si reciben algún tipo de ayuda, y claro también están los que aprovechan que su estadía es tan momentánea, que prefieren ir por lo fácil, como robar.
Hoy en Chile, en el poblado de Iquique los habitantes y camioneros bloquearon carretera, cerraron comercios para protestar abiertamente contra el aumento de la delincuencia y mucho de ella por la crisis que está causando la migración irregular de estos tiempos.
En la foto, una carretera bloqueada por una sola persona qe colocó llantas como una especie de muro, una silla para no sufrir tanto con la protesta a pleno sol y fuego alrededor.
Una convocatoria que reunió a casi 4mil personas y una sola persona en la imagen que captura la fotoperiodista de EFE, Adriana Thomasa. Podría interpretarse como que la nota no concuerda con la unicidad que vemos y la lejanía con un verdadero caos.
Los colores en la sombrilla y la oscuridad en el rostro del joven que está sentado allí sosteniéndola con la misma fuerza y convicción que lo colocaron en esa posición.
Me asemeja a las posturas de quienes apoyan la migración como un derecho y a quienes se oponen porque sus ciudades se vuelven inseguras y las oportunidades escasean mucho más.
La oscuridad en el rostro nos hace imaginarnos a cualquiera, no tomar partido y ni siquiera resentir el sentimiento y la emoción que en ese momento le corroen.
No vemos gente, vemos humo de una llanta que incendiaron para sumar más atención a la protesta, pero nada más.
A veces pasa que las fotos casi pueden oírse y las emociones nos las trasladan, la fuerza del mensaje visual se nos mete en la cabeza y la sostenemos como nuestra y la llevamos todo el día como si pudiéramos unirnos y gritar al mismo tiempo con todos.
Con todo el respeto, pero a esta imagen no la escucho, no tiene un sonido en particular de protesta, no hay emoción porque no puedo ver el rostro, no veo ni siquiera renuencia en el cuerpo del joven, veo más bien comodidad y letargo para sumar el enojo del resto de los 3mil ciudadanos de Iquique.
Entonces se vale poner en la balanza los que están a favor o en contra de abrir fronteras para compartir estilos de vida con quienes vienen de otra.
Valdría la pena intentar escuchar esto que vemos, pero por más que lo intento, no lo logro.
