Elecciones 2024
Elecciones 2024

Durante los últimos meses y de manera más evidente en las últimas dos semanas, el dólar estadounidense se ha apreciado contra la mayoría de las monedas a nivel global. La apreciación se puede atribuir principalmente a la creciente evidencia de que la economía estadounidense está entrando en una etapa más sólida de recuperación y el inminente comienzo de la normalización de los niveles de tasa de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). Una de las consecuencias lógicas de la normalización de la política monetaria de la Fed, comenzando con el retiro del programa de inyecciones de liquidez y la inminente alza en tasas de interés, es una salida de parte de los flujos que durante los últimos años salieron de instrumentos denominados en dólares y buscaron rendimientos más atractivos en instrumentos denominados en otras monedas como parte de la gran expansión monetaria de los últimos años.

A pesar de que la apreciación ha sido prácticamente generalizada, la magnitud de los movimientos ha sido diferente entre países, reflejando cierta discriminación por parte de los inversionistas. Aunque el peso se ha depreciado alrededor de 3 por ciento en los últimos 30 días y ha alcanzado su nivel más bajo frente al dólar desde febrero, es una de las monedas con mejor desempeño en el mundo emergente.

Para dar algo de contexto, el real brasileño se ha depreciado casi 9 por ciento, mientras que la lira turca, el rand sudafricano, el rublo ruso y el peso colombiano han perdido más de 5 por ciento de su valor frente al dólar.

México sin duda es vulnerable a una salida desordenada de flujos. Sin embargo, está en una situación más favorable que la mayoría de las economías emergentes. El primer factor diferenciador es la situación de la balanza en cuenta corriente de México en comparación con otras economías. Uno de los síntomas clásicos de una situación precrisis para una economía emergente es un déficit significativo y creciente en la cuenta corriente que por lo general es consecuencia de un creciente endeudamiento (público y/o privado) financiado por recursos provenientes del exterior.

Este desequilibrio se vuelve insostenible en el momento que hay una salida de flujos. Aunque el déficit en cuenta corriente de México se ha venido ampliando en los últimos trimestres, éste es muy inferior al de otros países emergentes y es sumamente manejable.

El segundo factor clave para México es un menor nivel de endeudamiento, tanto del sector público como del sector privado. Asimismo, México cuenta con un perfil de vencimientos de su deuda pública muy favorable y una menor dependencia del financiamiento externo.

El tercer factor es que México cuenta con un sistema financiero bien capitalizado y principalmente fondeado por los depósitos de los ahorradores domésticos, es decir que no depende de financiamientos del mercado externo.

El cuarto factor es que, a diferencia de otras economías emergentes, el ciclo económico de México está ligado al de la economía de EU de manera mucho más estrecha. Si la normalización de la política monetaria en Estados Unidos se da en medio de un entorno de recuperación más robusto, la economía mexicana debería, tarde o temprano, beneficiarse de esta situación.

Finalmente, el Banco de México cuenta con espacio suficiente para también subir tasas desde un nivel mínimo histórico que está muy por debajo de las tasas de referencia en otros mercados emergentes. Aunque los fundamentales del peso mexicano son sólidos, en el corto plazo es muy probable que sigamos viendo un peso presionado, pero con una tendencia en el mediano plazo en la cual el dólar se debería cotizar más cerca de los 13 pesos que de los 14.