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La Secretaría de Recursos Hidráulicos de Tamaulipas detalló acciones para garantizar el agua en la zona conurbada de Tampico
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Donald Trump dio encendido discurso este sábado ante una multitud en la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA)
Nacional Altas temperaturas en Tabasco ocasionan la muerte de monos aulladores
La organización Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta alertó por la muerte de monos aulladores producto de las altas temperaturas
Nacional Deslave de cerro en Oaxaca deja 3 muertos
El deslave ocurrió en la agencia municipal Faustino G. Olivera, municipio de San Francisco Telixtlahuaca, Oaxaca

Cacahuates de a montón, dice la ronda o el juego de corro que se canta en las posadas o en una fiesta en el momento en que los concurrentes hacen fila para que con los ojos vendados, validos de un palo, tratar de romper la que, hasta hace relativamente poco tiempo, era una olla de barro y que en la actualidad ha sido sustituida por un recipiente hecho de cartón o de papel. La olla o el recipiente se llenan con frutas y dulces que caerán al suelo cuando éste o aquélla se rompan. De barro o de papel, el receptáculo sirve de base a una figura multicolor que cuelga prendida a una cuerda que sube y baja con la finalidad de que el invitado que, con los ojos vendados, esté al turno del palo no atine a romperla.

Originalmente, la piñata tenía la figura de una estrella con siete picos. Aunque se sigue conservando la imagen de la estrella hoy en día se elaboran piñatas que representan a protagonistas de los cuentos, películas y caricaturas para niños, si la fiesta o la posada es de carácter infantil. También se fabrican piñatas para festividades de adultos. Cuando es así, éstas toman forma de algún personaje de moda en la política o en la vida social, por lo general un villano al que la comunidad de manera simbólica apalea.

El récord de mayor número de piñatas elaboradas con su figura lo tiene el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, y no sólo fue representado al final de su sexenio cuando ocurrió el error de diciembre, todavía durante tres o cuatro años más su representación estaba lista para ser apaleada. Inclusive, en más de una ocasión, cuando la piñata tenía la forma del orejón, se valía no vendarse los ojos.

En esta temporada se pusieron de moda las piñatas con la imagen de Donald Trump; también han tratado de hacerlas con la efigie de Peña Nieto, pero los piñateros reconocen que no pueden reproducir como debe ser su rostro de galán cinematográfico. Eso sí, aunque no se parezcan mucho de la cara, las piñatas con el aspecto de Peña Nieto han tenido éxito, porque como vienen vacías del cráneo y con un gran copete, les cabe más frutas y golosinas que a las demás.

Primera posada

Mañana es la primera posada, para lo cual he mandado a hacer una piñata con la figura de nuestra hermosa República Mexicana. Alzaremos la piñata con la estampa del cuerno de la abundancia (mi generación fue educada con la idea de que el mapa de México era semejante al contorno del cuerno de la abundancia. Antes y después presidentes, gobernadores, secretarios, procuradores, legisladores y funcionarios de todas las raleas han comprobado en bolsillos propios el aserto de la comparación enriqueciéndose abundantemente y sin escrúpulos).

Por eso mañana, ante la piñata que representa nuestro territorio, cantaremos: “La piñata tiene caca, tiene caca…”, porque el delincuente más buscado en el mundo puede fugarse, en México, de una prisión de alta seguridad mediante la construcción de un túnel y a cinco meses del evento sólo unos empleados menores del penal han sido consignados. Por algo semejante, en un país decente, serían destituidos de sus cargos, por complicidad u omisión, el secretario de Gobernación y sus subordinados.

“La piñata tiene caca, tiene caca…”, porque siendo gobernador de Sonora el señor Guillermo Padrés Elías construyó, sin permiso alguno y con recursos de dudosa procedencia, dentro de su propiedad una represa con la cual se retenían aguas federales. Al ser sorprendido, destruyó la construcción. Con un fuerte olor a corrupción terminó su período de gobierno sin que nadie lo llame a cuentas.

“La piñata tiene caca, tiene caca…”, porque hace casi 15 meses desaparecieron 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, Guerrero, sin que hasta el momento se sepa qué fue de ellos. El entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, hizo toda una pantomima para dar a conocer la “verdad histórica” del caso. Un Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) ha demostrado con evidencias irrebatibles que Murillo Karam mintió, lo cual constituye un delito penal, por el cual no ha sido ni será castigado.

“La piñata tiene caca, tiene caca…”, porque la Casa Blanca de Angélica Rivera y la de Malinalco de Luis Videgaray fueron adquiridas de manera legítima y sin conflicto de intereses, según el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, puesto ahí por el presidente Peña Nieto.

“La piñata tiene caca, tiene caca…”, porque en nuestro país, donde 55 millones de personas no saben si comerán mañana, los funcionarios públicos se autoconceden megaaguinaldos. Ya en este espacio informé que tan sólo los 500 diputados federales nos costarán 132 millones 515,920 pesos. Un gobernador perredista, con ADN priista, el de Tabasco, Arturo Núñez, cobró un aguinaldo de 486,954 pesos. Inclusive, cobró más que el presidente Peña, cuyo aguinaldo es de 425,478 pesos. Pero si de ingresos de fin de año se trata, son los ministros de la Suprema Corte de Justicia los más trompudos: cada uno recibe por aguinaldo, bono de riesgo (¿?) y prima vacacional 812,169 pesos en total.

“La piñata tiene caca…” y la seguirá teniendo hasta que un honrado ciudadano que ame a su patria cante, encabece un grupo de gente decente que canté: “No quiero oro, ni quiero plata…”.