Elecciones 2024
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La figura del presidente en cualquier país es de suma importancia, aunque suene absurdo escribirlo, es la figura más importante que ocupa y dirige el poder de la nación. Por lo tanto, lo que hace y deja de hacer es de interés nacional.

El rol del presidente no tiene descansos, aunque así se tomara un par de días en las fiestas decembrinas para estar con su familia, en realidad nunca deja de atender a su gabinete, a su círculo rojo y los temas que en ese momento estén en la atención colectiva.

Así es como las áreas de Comunicación e Imagen se entrelazan para seleccionar a un equipo de personas profesionales en sus respectivas áreas, como por ejemplo, los fotógrafos.

El número de fotógrafos depende de cuál sea la estrategia de trabajo y de coberturas diarias. Es necesario contar con dos o tres equipos para la división de la agenda, porque es bien sabido que en un solo día se pueden tener eventos en distintos puntos o sea necesario tomar un avión o helicóptero para trasladarse a otra región.

No solo es tener por tener, sino para ser eficientes en un ritmo que exige comunicar todos los días y comúnmente las 24 horas.

Esa es la vida de un presidente y de la gente que trabaja a su alrededor. Trabajar en la presidencia es no descansar, no tener tiempo para ti y sobre todo estar a la disposición de lo que pueda surgir.

Aunque suene como un martirio, en realidad es una pasión que nos invade, porque es el orgullo de ser parte de la comunicación de las acciones que se realizan por tu país.

Ahora, esto no es exclusivo de México, es del resto de los países. Por ejemplo, Estados Unidos cuenta con más personal en esta área y una dinámica distinta para las coberturas del presidente. Acá en nuestro país, le llamaban la “fuente presidencial”, los reporteros, fotógrafos y camarógrafos que eran asignados por los medios para cubrir la agenda de presidencia.

Tenían un acercamiento directo los reporteros podían encararse de tú a tú con el presidente y generar notas. Los fotógrafos tenían espacio y en todo caso, los dos equipos de trabajo que se contaban en ese momento, se encargan de surtir de material para todos.

Lo que hoy sucede con el presidente Andrés Manuel, es que no hay fotógrafos cercanos. Su equipo de trabajo se ha reducido al más mínimo y se fotografía con limitantes. No hay ningún tipo de intimidad, no hay acercamientos a su vida fuera de las mañaneras o de eventos públicos.

Desconocemos sus rutinas, el acercamiento con su gente, sus reuniones en palacio, sus visitas, sus cenas. Se conserva un hermetismo y no hay prensa que tampoco acceda a ello.

Hace un par de días en el evento del Tercer Informe de Gobierno, los fotoperiodistas nuevamente resintieron esta lejanía y para muestra, la fotografía que aquí presento tomada por Madla Hartz de EFE.

O como muchas otras fotos que fueron tomadas desde “el corral” que les colocaron en el centro del Zócalo, en donde si tenían el telefoto indicado pues iban a alcanzar a tomar algo, de lo contrario, ni para qué acercarse.

Se captura para documentar un acto, pero no se abre el espacio para que el fotógrafo cree y genere una imagen que se diferencie de los demás, es decir que entre las portadas de los medios aparezcan distintas visiones.

En el escenario solo estuvo Jessica Ramírez, quien según me dicen, es la encargada de realizar la fotografía personal del presidente, y es de quien vimos las dos fotos que se publicaron desde su cuenta de Twitter. Una visión y un ángulo que solo ella pudo tener.

Los límites que se imponen a la prensa, es la clara intención de controlar lo que se ve y lo que la gente puede ver.

En Estados Unidos, Canadá o Francia, los fotógrafos personales y de la prensa internacional, cubren la agenda con la apertura y posibilidad de acercarse al presidente. Claro, nadie tendrá lo más íntimo, que quien sea el fotógrafo personal, algo así como lo hizo Pete Souza o Soazig De La Moissonniere con Macron.

Los fotoperiodistas mexicanos han resentido la distancia impuesta y el freno a sus formas de trabajar. Antes podían acercarse, ahora es imposible. Antes podían moverse para tener sus propios encuadres, ahora todos iguales. Antes podían generar alguna fotografía que sumara a la crítica y al debate, ahora eso es solo si tienes suerte.

El presidente se ha hecho lejano porque así lo quiere, solo en quien confíe y coincida con lo que él ve, o quiere ver.

La lejanía de un presidente - un-presidente-lejano-lauragarza-amloi
Foto: EFE//Madla Hartz