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La Reserva Federal comenzará este año a disminuir el tamaño de su balance al dejar de reinvertir los intereses provenientes de los instrumentos financieros adquiridos en el programa de inyecciones de liquidez.

Como era plenamente esperado por el mercado, el Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por su sigla en inglés) realizó su segundo incremento de 1 cuarto de punto en el año en la tasa de interés de referencia, ubicándola en un rango de 1 a 1.25 por ciento.

Asimismo, la Fed anunció que comenzará en este mismo año a disminuir el tamaño de su balance al dejar de reinvertir los intereses provenientes de los instrumentos financieros adquiridos en el programa de inyecciones de liquidez.

Aunque la mayoría de los especialistas no esperaba cambios sustanciales, algunos observadores proyectaban que la Fed tomara una postura más cautelosa en cuanto a sus expectativas sobre la trayectoria de futuros incrementos en la tasa y su estrategia de normalización del tamaño de su balance.

Esta expectativa se vino forjando en las semanas anteriores al anuncio ante la percepción de que algunos indicadores económicos, sin ser muy débiles, habían tenido un desempeño menor a lo esperado.

El desempeño suave de los indicadores de crecimiento, aunado al hecho de que la inflación sigue ubicándose por debajo del objetivo de la Fed, alimentó las expectativas de que la Reserva podría mandar una señal más acomodaticia en cuanto a futuras alzas en la tasa de interés y al comienzo de la reducción de su balance.

En concreto, había quienes pensaban que la Fed podría modificar su pronóstico de un alza adicional en el 2017 y tres nuevos incrementos en el 2018 para ubicar la tasa de referencia en un rango de 2.0 a 2.25 por ciento a finales del próximo año.

Dentro de este grupo de expertos hay gente prominente como Larry Summers (secretario del Tesoro en la administración Clinton y director del Consejo Económico Nacional con Barak Obama), quien argumenta que la Fed debería reconsiderar su trayectoria de posibles alzas ante la debilidad en la dinámica inflacionaria.

Sin embargo, el tono del comunicado y la conferencia de prensa de Janet Yellen fueron bastante optimistas en cuanto al desempeño de la economía. Yellen desestimó la reciente debilidad de algunos indicadores como algo transitorio y restó importancia a la reciente baja en los indicadores de inflación.

Para la Fed, la debilidad en la dinámica inflacionaria es principalmente atribuible a factores temporales como reducciones de una sola vez en las tarifas de telefonía celular y algunos medicamentos. Aunque hay varios especialistas que coinciden con la visión de la Fed respecto al desempeño de la economía, hay quienes se preguntan si la decisión de comenzar a reducir su balance tan pronto como en este año, en combinación con cuatro alzas en la tasa de referencia en los próximos 18 meses, podría descarrilar la recuperación actual.

En ese sentido, este columnista está convencido de que la Fed mantendrá una postura flexible y que podría optar por una combinación menos agresiva de alzas y reducciones en el tamaño de su balance.

No obstante, queda claro que la Fed considera que ante la euforia en los mercados financieros, estaba obligada a mantener un tono menos acomodaticio. Sin embargo, el mercado mantiene expectativas de una trayectoria de alzas menos agresiva en el 2018.

Tan es así, que las tasas de interés de largo plazo se mantienen sumamente bajas. El bono del Tesoro a 10 años se ubica en 2.17 por ciento, cuando la mayoría de los especialistas esperaba una tasa más cercana a 3 por ciento para esta etapa de la expansión económica.