En fin, que las cosas están que arden en Morena y les urge una salida institucional… el problema es que no saben cómo hacerlo
En la definición de las candidaturas para las elecciones para gobernador de este año reventó el problema de la falta de institucionalidad y disciplina en Morena. Hay que reportar los casos, pero hoy hay que ocuparse de Durango donde la falta de civilidad y congruencia democrática ha tomado el nombre de José Ramón Enríquez, a la sazón senador morenista, aspirante a la gubernatura y ahora reventador de la candidata de su partido Marina Vitela.
Resulta a que Morena no ha logrado que sus procesos internos para definir candidaturas sean resueltos sin conflicto. Morena determinó que su candidata a la gubernatura sea Vitela dejando en la orilla a Enríquez, se por encuestas y cuotas de género, pero ella resultó postulada.
Pues nomás resulta que el senador Enríquez no está de acuerdo, pero no se somete a los órganos partidarios ni a los electorales, a su juicio se trata de imponerse por la fuerza, a grado tal de organizar grupos de golpeadores para intentar reventar a la ganadora de la candidatura como ocurrió el pasado fin de semana cuando mandó a unos porros a Gómez Palacio para intentar sabotear la postulación de Vitela sin éxito.
El senador de marras simplemente no acepta que le ganaron en la contienda interna, y lo que quiere es descarrilar la candidatura de su competidora sin importar el costo para su partido y el Presidente.
Enríquez es un ejemplo más de la carencia de institucionalidad en Morena, de manera violenta sus pretendidos seguidores reventaron el acto de postulación de Marina Vitela a la gubernatura. No ganó la candidatura, no acepta el resultado, desconoce a los organismos calificadores y pretende hacerse de la postulación de manera violenta. Muestra clara de un político que no sabe jugar con las reglas de la democracia.
Por fortuna, por más que no le guste a Morena y a la 4T, existe un entramado legal que sanciona a quienes pretenden violentar los procesos democráticos, por eso ya están en curso las denuncias contra el senador José Ramón Enríquez por ejercer violencia política y de género contra la candidata a la coalición Juntos Haremos Historia, Marina Vitela.
Al final del día, el caso de José Ramón Enríquez es parte del combustible que abona las aspiraciones de la alianza opositora PRI-PAN-PRD que prevén la ruptura de Morena para las seis elecciones de Gobernador en 2022 y la presidencial de 2024.
Y es que la ruptura de Morena no sólo alcanza a Durango, ahí están Tamaulipas, la guerra en Oaxaca y la fractura en Quintana Roo. Estados donde no se ha logrado de parte del partido del Presidente llevar a buen término las postulaciones a las gubernaturas.
En fin, que las cosas están que arden en Morena y les urge una salida institucional… el problema es que no saben cómo hacerlo.