Elecciones 2024
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Mi columna del pasado jueves, la finalicé con los argumentos expuestos por el senador del Partido del Trabajo Manuel Bartlett Díaz, en apoyo a su abstención para votar por la Ley 3de3. El que fuera gobernador de Puebla terminó su intervención en tribuna con la siguiente frase: “Mientras no se castiguen al actual presidente y sus antecesores, esto es una simple simulación”. Por mi parte, le puse el punto final a mi trabajo con el recuerdo de que el senador Bartlett —ahora en la oposición— sabe bien lo que dice puesto que fue secretario de Estado de dos presidentes, uno ya fallecido y el otro más vivo que un dolor de muelas. “Conoce al monstruo porque ha vivido en sus entrañas”, concluí parafraseando a José Martí.

La Ley 3de3 que se votó fue descafeinada con una adenda agregada por el PRI y sus subalternos del Verde, la cual expone que las declaraciones patrimoniales y de intereses serán públicas, “salvo en los rubros cuya publicidad pueda afectar la vida privada o los datos personales protegidos por la Constitución”. Es decir, todos los rubros repercuten en una o en otra forma en la vida privada de los declarantes.

Fue por eso que la precitada ley sólo fue votada a favor por los priistas y por los del Verde excrementista que sumaron 59 sufragios por 51 en contra. Hay que hacer notar que se ausentaron u optaron por no votar —como el senador Bartlett— 17 senadores de —supuesta— oposición que, de hacerlo, hubieran logrado darle la vuelta a la tortilla y echar abajo la adenda del PRI y paleros que lo acompañan.

Esos senadores y senadoras —por ejemplo Layda Sansores, que también conoce al monstruo puesto que su padre fue un connotado cacique priista— que por ausencia o por abstención permiten que se aprueben leyes que están más del lado del gobierno que de la sociedad, me recuerdan la noche en la que se votó la erogación de 34,600 millones de pesos —dinero de los ciudadanos—; propuesta gubernamental de presupuesto destinado al IPAB —también llamado Fobaproa—. Los diputados del PRI votaron a favor, la oposición agrupada en lo que se llamó G-4 que encabezaban los panistas y perredistas lograron acercarse a un solo voto del tricolor con una propuesta que nos costaría a los mexicanos 2,500 millones de pesos menos. La tabla de votaciones marcaba que la propuesta gubernamental ganaba por un solo voto. Faltaba el voto del presidente de la Cámara, el panista Francisco José Paoli Bolio. Nunca apareció. Ganó la propuesta del gobierno. Paoli Bolio se justificó, puerilmente dijo que le dieron ganas de orinar y por eso dejó su lugar. A esta acción se le llamó la meada más cara del mundo y el voto del mingitorio. En un espectáculo nocturno, Luis de Alba cantaba el popular “Corrido del meón” con un ligero cambio en la letra, decía así: “Quién iba a pensar/ quien iba a pensar/ que por una meada nos van a chingar”.

¡Ay Jonás!

El obispo de Culiacán, Jonás Guerrero Corona, envió una carta al presidente Peña Nieto donde le ofrece una disculpa a él y a su señora esposa, por la “desafortunada declaración” que hizo el pasado 31 de mayo. En esa fecha, monseñor Guerrero, en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, de donde son originarios Bernardino Ramírez Flores y Héctor Gastélum Bojórquez, la primer pareja que forma un matrimonio homoparental en la entidad, pronunció una homilía en la que dijo: “En la Iglesia católica por enésima vez no estamos oponiéndonos a que les den los derechos a los que ustedes ya saben y a las que ustedes ya saben”. (¿Quiénes son esos y esas que supuestamente sabemos? Le pregunto yo por ser la primera vez que oigo al monologuista). “Jamás hemos dicho que no les den derechos (¿los derechos se dan o son inherentes a la condición humana?). Lo que estamos diciendo es que se respete el matrimonio desde lo natural, díganme quién de ustedes no nació de un hombre y una mujer, que levante la mano”. (Hay quien dice que por ahí levantó la mano una imagen del Niño Dios que nació de una virgen y un ángel).

Pero donde no se midió y por eso ofreció su disculpa fue cuando dijo: “Aunque lo haya dicho el presidente de la República, pobrecito, qué asesores tendrá el pobre (¿Pobre? Se ve que no ha visto su declaración patrimonial)”. Y remató su homilía —tipo stand-up— con un ingeniosísimo chiste: “¿No será que anda buscando gavioto en vez de gaviota?”. (Un favor monseñor: presénteme a quien le escribe sus chistes).

México para los chilenos…

…y Chile para los mexicanos, fue un chiste-albur que nos decíamos los capitalinos en 1972 cuando nos visitó el presidente Salvador Allende. Ahora viene al caso por cuestiones futbolísticas y vegetarianas. Se los voy a resumir Chile 7-Chícharo 0.

Ambas anécdotas sucedieron en Estados Unidos: una con Mejía Barón, que hizo menos cambios que Fox; la otra con Juan Carlos Osorio que de tantos cambios que hizo ahora lo cambiarán a él.

Una pregunta: ¿somos futboleros o futmoleros?