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En los tiempos donde el futbol era una novedad, un motivo de convivencia y un sentido de pertenencia, ahí emergió un club que llegó para ser símbolo del futbol mexicano. Como si se tratara de una prueba de fidelidad constante, de una maestría en psicología, el Necaxa se ha encargado de recordarle a su maltratada afición los sentimientos que un escudo puede generar cuando todo se enfoca al simple juicio de ser o no ser, de existir o desaparecer.

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Foto de José Luis Cuevas “El Pintor”.

Un 21 de Agosto de 1923 se fundó el Necaxa, equipo alusivo a una presa ubicada en el Estado de Puebla, equipo que en una fusión entre la escuadra perteneciente a La Luz y Fuerza y el Tranvías dio paso a los llamados Rayos. Con figuras emblemáticas a lo largo de su historia, Necaxa ha vivido de todo, con 7 títulos de liga en su historia, 4 en la época amateur y 3 en la profesional, Los Rayos ya saben lo que es ganarlo todo, pero también, conviven con la constante pérdida de todo, hasta de la categoría.

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Foto de José Luis Cuevas “El Pintor”.

En la Temporada 1932-1933 Necaxa se convirtió en el primer campeonísimo del futbol mexicano (nombre que se le da al ganador de liga y copa en la misma temporada), con un equipo lleno de talento dominó la década de los años treinta, incluso representando a La Selección Nacional, el llamado equipo de “Los Once Hermanos” ganó la medalla de Oro en los Juegos Centroamericanos en San Salvador en 1935, a ese equipo no había nadie que le ganara.

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Foto de José Luis Cuevas “El Pintor”.

Un equipo de hazañas que tras el profesionalismo dejó de convivir con los títulos de liga, aunque también, puede presumir uno de los capítulos más brillantes de los años sesenta, un 2 de febrero de 1961, el Necaxa derrotó 4-3 al Santos de Pelé y con ello, se convirtió en un de los pocos equipos en el mundo que pudieron presumir dicha proeza.

Las décadas pasaron y con ello la decadencia de un club que fue perdiendo su lugar en los primeros sitios, ahí se confirmó la desaparición, un cambio de nombre en 1971 (pasó a ser Atlético Español), tan fuerte como el cambio de sede en 2003 (de CDMX a Aguascalientes), así de maltratado ha sido el orgullo Necaxista.

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Foto de José Luis Cuevas “El Pintor”.

Y fue precisamente en el resurgir del Necaxa en la década de los ochenta donde se cimentó la época más importante del club en la época profesional, con un futbol vistoso, refuerzos de calidad y una base de mexicanos con carácter, ahí llegaron los títulos, la década de los noventa del futbol mexicano no podría entenderse sin el
Necaxa y Los Rayos no podría aspirar a vivir con la trascendencia que lo hicieron sin la figura de Alex Aguinaga.

Con toda seguridad, los últimos 20 años entregan una de las peores rachas en su historia, tras la final perdida en 2002, Necaxa ha equivocado tantas veces el rumbo que perder la categoría 2 veces parece algo menor (regresando en 2010 y en 2016), Los Rayos no han terminado de encender en la Primera División, hoy no existen ídolos, los grandes jugadores son tan efímeros que ahora ya ni siquiera buscan llegar, la industria ha cambiado tanto que el amor a la camiseta vive una prostitución constante, el modelo de negocio de los dueños actuales hace que el equipo camine entre penumbras, curioso que el equipo que alguna vez perteneció a La Luz y Fuerza hoy no tenga un solo foco que alumbre el camino.

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Foto de José Luis Cuevas “El Pintor”.

Ser del Necaxa es apelar al pasado, entender como nunca que el significado de la palabra “presa” ha cambiado, mientras en los años veinte una presa en el Estado de Puebla dio nombre a un equipo centenario, en la actualidad, el Necaxa ha pasado a ser uno de los equipos más débiles de la industria mexicana, se ha convertido en una presa, donde ganar se ha convertido en UN ACTO DE FE.

HASTA LA PRÓXIMA