En el foro de discusión sobre la Inteligencia Artificial en nuestras creaciones, el que redacta lo que usted lee, sostuvo la temeraria tesis de no llamarle Inteligencia Artificial al software que procesa grandes cantidades de datos basado en patrones y reglas establecidas por la inteligencia humana
El pasado mes de noviembre se celebraron en la Ciudad de México, dos Congresos de manera continua: el de la Federación de Sociedades de Autores Audiovisuales Latinoamericanos (FESAAL) y el de la Confederación Internacional de Autores Audiovisuales (AVACI), ambas instituciones creadas para la defensa y gestión de los derechos de autor de los directores y los guionistas de audiovisuales.
En el foro de discusión sobre la Inteligencia Artificial en nuestras creaciones, el que redacta lo que usted lee, sostuvo la temeraria tesis de no llamarle Inteligencia Artificial al software que procesa grandes cantidades de datos basado en patrones y reglas establecidas por la inteligencia humana. Sugerí el término Inteligencia Colectiva. Sólo el representante de Francia, lamento haber olvidado su nombre, avaló mi osada teoría. Los demás, tal vez a algunos por el idioma y la apresurada traducción simultánea, no reaccionaron ni a favor ni en contra. Los de habla hispana, prefirieron apresurar la exigua discusión para ir a dormir la siesta. (El foro se realizó después de la abundante comida).
Desde luego que asumo que a estas alturas mi ilusoria consideración jamás será tomada en cuenta de manera oficial. Mas no quito el dedo del renglón para llamar a la herramienta digital como propongo porque los resultados, los datos y las tomas de decisiones que arroje su uso tienen un origen: la inteligencia humana, la cualidad que distingue a nuestra especie. La característica que hace posible la existencia de lo artificial que lo único que hace —lo cual no es poca cosa— es potenciar los conocimientos, noticias, referencias y creaciones humanas mediante los algoritmos, los modelos matemáticos, la informática y la tecnología.
Por supuesto que la Inteligencia Artificial no es desdeñable. Por el contrario significa un gran avance para la humanidad. En un principio como una fantasía de la ciencia ficción y a partir de la década de los cincuentas del siglo pasado como una posibilidad que va culminando en realidad durante el siglo XXI.
Existen quienes ubican sus antecedentes en la pascalina, una calculadora, primera en su tipo, inventada, antes del descubrimiento de la electricidad, en 1642 por el filósofo y matemático francés Blaise Pascal (1623-1662) que funcionaba, hacía operaciones aritméticas elementales, con base en ruedas y engranes.
La naturaleza dotó al ser humano —hombre o mujer y toda la diversidad de preferencias habidas en la actualidad— de la capacidad cognitiva de la inteligencia, con la cual ha superado todas las dificultades que a lo largo de la historia ha sufrido, y que le ha proporcionado confort, máquinas, inventos, arte y conocimientos. De todo lo creado por la inteligencia humana se alimenta la Inteligencia Artificial (IA) un instrumento que ayudará al ser humano no sólo en la creación literaria, sino también en el mundo de los negocios, en cuestiones financieras, jurídicas y contables entre otras. Esto y más lo podrán comprobar, los interesados, a través del curso taller de 20 horas de duración, titulado “Inteligencia Artificial de todo, para todos”, que se llevará a cabo en el Centro Cultural Sogem, del 15 de febrero al 19 de abril, todos los sábados de 11.00 a 13.00 horas, a cargo del doctor Joaquín Meza, del cual informaremos oportunamente.
Punto final
No en todos los asuntos la IA funciona al 100. Por ejemplo en materia de comicidad no es de lo mejor. Haré una prueba que se volverá pública. Escribiré los llamados Prompts —que son las indicaciones pertinentes— para que el software haga su trabajo.
Le escribo: Quiero que inventes un chiste sobre Claudia Sheinbaum, Donald Trump y los aranceles. En menos de tres segundos escribió: “Trump llama a Claudia y le dice: -Si no aceptas mis nuevos aranceles, ¡habrá consecuencias! Claudia responde: Perfecto, entonces te mando tacos al pastor, tu mandas hamburguesas, ¡y arreglamos el déficit comercial con salsa!” (Música de viento a cargo de la Bruja Lisco y la Iguana Juato).