María Elena confiesa que, después del ataque, tenía temor de denunciar, sin embargo, ahora sostiene que, “el miedo realmente mata”
“No hay nada permanente en este malvado mundo. Ni siquiera nuestros problemas”:
Charles Chaplin
María Elena Ríos es una joven saxofonista oaxaqueña a quien el 9 de septiembre del 2019 intentaron asesinar. No lo lograron, pero le dejaron huellas en el cuerpo y en el alma difíciles de borrar.
Juan Antonio Vera, hijo y padre, ante el despecho, decidieron atacarla, por haber rechazado al junior. El rechazo amoroso se tradujo en un acto criminal.
Antes del ataque, María Elena tocaba suave su saxofón, ahora lo toca con fuerza con energía de sobra. Dice que, antes tenía miedo, ya no lo tiene.
La lucha de Elena es que la agresión se considere como intento de feminicidio, sin embargo, la justicia oaxaqueña, encarnada en un tipejo llamado Teódulo Pacheco, ha hecho de todo para salvaguardar al autor intelectual del ataque, Juan Antonio Vera Carrizal, mientras el junior, sigue prófugo de la justicia.
A diario en México, mueren 10 mujeres de forma violenta. La violencia contra las mujeres y, en particular, los feminicidios, no son consecuencia solamente de la política neoliberal sino también de una creciente descomposición social y de manera notoria, de la ausencia de políticas públicas de prevención.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2021 fueron asesinadas 3 mil 750 mujeres, niñas y adolescentes, de esos casos, sólo mil cuatro se investigan como feminicidio, y su mayoría como homicidios dolosos.
Sin embargo, el problema se concentra en cinco entidades: Jalisco, Nuevo León, Guanajuato, Tamaulipas, y Estado de México. En el Estado de México desaparece una mujer cada 12 horas.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio señala que “la violencia contra las mujeres no es normal, sino una violación a los derechos humanos”.
María Elena confiesa que, después del ataque, tenía temor de denunciar, sin embargo, ahora sostiene que, “el miedo realmente mata”.
El caso de la oaxaqueña es uno de los miles que se registran en el país, y reconoce que, son “tiempos oscuros para las mujeres”.
Denunciar ante la agresión es vital, y la presión social necesaria, para atajar y sacudirnos ese mal en donde las autoridades “ni ayudan, ni protegen”.
De la libreta
° En sus redes sociales, la usuaria de Twitter @nora8a acusa a la senadora Claudia Balderas de gastar miles de pesos en marcas de lujo, pero no paga la renta de la casa que habita desde hace 6 meses. La usuaria señala que pidió a la legisladora desalojar la casa habitación por falta de pago y ahora la senadora no paga ni se sale. Sobre la senadora también hay señalamientos muy fuertes por sus adicciones.
° El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, pide no tomar en serio a Lorenzo Córdova ni a Ciro Murayama, quienes en abril dejan sus puestos en el INE. Por cierto, la narrativa de los consejeros electorales es falsaria y retrógrada. Desde su perspectiva, hay que construir un mausoleo o una iglesia al INE, con eso de que piden “no destruir la democracia”. Por dios.
° “Vamos a romperle la madre a Claudia” vocifera la alcaldesa en Cuauhtémoc, Sandra Cuevas. No hay que tomar a la ligera la agresividad de la señora. Son conocidos sus vínculos con integrantes de la Unión Tepito.
° Vecinos de Naucalpan denuncian que en la colonia La Cobradera en el municipio de Naucalpan, se está anidando una zona de exclusión controlada por grupos criminales de la zona. Aseguran que a diario hay balaceras y personas asesinadas. Indican que las autoridades están haciendo caso omiso al creciente riesgo que ahí se cierne.
@HectorHerreraAR