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* El periodismo en México tiene un antes y un después gracias a Ricardo Rocha

* Pocos periodistas en nuestro país entendieron su tiempo y su momento como él

* Nuestra amistad y nuestro vínculo profesional abarcó mas de cuatro décadas

EL GÉNESIS .- La fecha exacta no la recuerdo, pero no se me olvida que fue a principios de la década de los ochentas. En ese entonces yo colaboraba en Canal 11 con el entrañable e inolvidable Luis Carbajo (indiscutible pionero de la televisión de entretenimiento nocturno) en su programa “Buenos Días”. Ahí tenía una pequeña sección sobre sexualidad que le causó muchísimos dolores de cabeza a la televisora y a don Luis, pues eran días en los que la censura desde la Secretaría de la Gobernación estaba a la orden del día. Eran multa, tras multa, tras multa… hasta que un día sonó el teléfono de mi oficina. Al otro lado estaba Ricardo, el periodista Ricardo Rocha Reynaga. Nunca supe cómo consiguió mi número. No tenía el gusto de conocerlo personalmente, pero ya sabía de la calidad y los alcances de su trabajo periodístico, por lo que estaba al tanto del marcaje personal que la Inquisición de Bucareli tenía sobre mi gracias a mis cápsulas de temas sexuales. Me propuso irme con él a su programa “En Vivo” y al mismo tiempo me prometió que jamás volvería a tener un solo problema con Gobernación y que con él jamás sería censurada por cualquier temática que yo quisiera abordar. Ese fue el punto de partida de una amistad que duró por espacio de cuatro décadas y que apenas se vio interrumpida anteayer domingo con su partida del plano terrenal.

UN AMIGO A PRUEBA DE BALAS.- Ricardo y yo fuimos colegas, amigos y hermanos. Durante muchísimos años fuimos uña y mugre. Proyecto que él emprendía, proyecto al que él siempre me invitaba. Pude acompañarlo en muchos y en otros pocos me vi impedida de hacerlo (por mi circunstancia profesional). Sabía ser jefe, sabía ser líder y sabía ser maestro. Era un feroz y apasionado comunicador que siempre priorizó la ética y a todos los que laboramos bajo su ala nos dejó incontables lecciones que a diario seguimos poniendo en práctica. La premisa con él eran la enseñanza y el aprendizaje. Pero también la lealtad. Por eso en los últimos años se le veía frecuentemente cabizbajo y entristecido, porque en su corazón y en su alma no cabían la sorpresa y la decepción de haber sido traicionado por alguien a quien, más allá de la coyuntura y los diferendos, él lo consideraba un verdadero amigo. Pero esa es harina de otro costal…

EL LEGADO.- Las anécdotas y las vivencias al lado de Ricardo siempre serán muchas e inolvidables. La convivencia ininterrumpida por espacio de cuatro décadas nos dio material para incluso poder escribir un par de libros. Pero, a botepronto, en estos momentos tengo muy presentes dos episodios: El primero, cuando “El Tigre”, don Emilio Azcárraga Milmo, lo nombró vicepresidente de comunicación social de Televisa y Ricardo, a su vez, me convocó para ser su directora de relaciones públicas. Despachábamos desde San Ángel, porque ahí trabajábamos en emisiones como “Para Gente Grande”, “Siglo XXI”, reportajes y otros. “En Vivo” lo hacíamos en Chapultepec; y, el segundo, en tiempos más recientes, cuando le tocó encabezar el proyecto del canal de televisión de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, el cual le fue arrebatado por la 4T y que confeccionábamos en sus instalaciones de Detrás De la Noticia (DDN), a unos pasos del Teatro de los Insurgentes. Ahí, tuve el privilegio de ser la conductora del programa “El Ombligo de la Luna” con el gran Benito Taibo. Ese fue el proyecto con el que, sin saberlo ambos, cerramos nuestra historia como colegas y amigos. Sí, hay tristeza, mucha tristeza, pero también una gigantesca gratitud y una enorme emoción, porque me muero de ganas por saber cuál será el próximo proyecto en el que trabajaremos juntos.

¡Hasta siempre!

Contacto.- www.lapoliticamedarisa.mx
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Twitter: @yalessandrini1