Elecciones 2024
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Son niños maduros tratando de reeducar a adultos irresponsables. Han montado la mayor protesta de la historia contra el cambio climático: 4,638 eventos en 139 países, durante una semana. Son adolescentes que expresan su furia en contra de esta injusticia intergeneracional. Nos están robando nuestro futuro, dicen y tienen razón. Si las cosas siguen como van, dentro de 30 años, se encontrarán con un planeta bastante menguado, donde los climas extremos serán normales. Deberán enfrentar nuevos tipos de conflictos, entre ellos, los derivados de algo que la ONU llama Apartheid Climático.

La temperatura seguirá subiendo, porque no se ha hecho casi nada, a pesar de los compromisos firmados por la mayoría de los países del mundo. El ritmo de destrucción de los bosques no ha disminuido después de la firma de los acuerdos de París. A cada fracción de grado que sube la temperatura global, crecen exponencialmente las posibilidades de incendios, inundaciones, sequías y olas de calor.

Centenares de especies están amenazadas. Entre ellas, el delfín del Ganges; el gorila occidental; la salamandra gigante de China, la grulla siberiana y el rinoceronte negro. Los científicos explican estas extinciones por el aumento en la temperatura de los océanos y un fenómeno conocido como blanqueamiento ácido. La causa es el egoísmo de las generaciones que nos precedieron, dicen los adolescentes que protestan. También acusan a los gobiernos y corporaciones. Han sido incapaces de ver más allá del corto plazo. No han podido convertir todo su poder y riqueza en un paradigma menos destructivo de la naturaleza.

Los jóvenes que hoy protestan en todo el mundo exigen un Nuevo Pacto Verde: cese inmediato de proyectos intensivos en energía fósil; protección y restauración de la naturaleza; agricultura sostenible y justicia medioambiental. En México, habrá más de 70 acciones de protesta en las principales ciudades.

Pocos países necesitan tanto una toma de conciencia: México es uno de los 10 países más vulnerables en el planeta. Al norte, lo amenazan las sequías mientras que las zonas costeras afrontan el riesgo de inundaciones que podrían hacerlas inviables. Para el 2030, el cambio climático puede causar una disminución de 40 a 70% de las tierras de cultivo. Peor aún, para fines de este siglo la disminución podría ser de 80 a 100 por ciento. Es decir, México podría perder más de la mitad de sus tierras de cultivo en menos de 12 años y todas para el 2100. Frente a estas amenazas, menos de 1% del presupuesto 2020 se dedicará a algo relacionado con el cambio climático y, de esos recursos, 72% será para el servicio de transporte de gas natural que realizará la Comisión Federal de Electricidad, de acuerdo con Eduardo Ruiz Healy, en una columna publicada en El Economista la semana pasada.

Es tiempo para sentir el pánico. Es tiempo para actuar, dicen los jóvenes. Nos piden unirnos a la revolución contra el cambio climático. ¿Qué impacto tendrán las protestas de hoy y los próximos días? ¿Qué tan significativo será este movimiento… llegará a ser tan emblemático como aquellos que trajeron la democracia; los derechos humanos y el respeto a la causa LGTB? Lo único que está fuera de cuestión es que estamos viviendo un realineamiento de valores y que esto significa una nueva actitud frente al medio ambiente. ¿Nos alcanzará para evitar lo que hemos sembrado por tanto tiempo?