Elecciones 2024
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Desde que supe de él, cuando, siendo secretario de Gobierno de Patricio Chirinos, el tamaulipeco convertido en gobernador veracruzano por arte y magia de Carlos Salinas de Gortari, organizó, con los más ridículos travestis del puerto de Veracruz, una gran bienvenida para el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, por segunda vez candidato de izquierda a la presidencia de la República, el licenciado Miguel Ángel Yunes Linares, en ese entonces priista nominal, actualmente panista por pertenencia y conveniencia pero priista por obra y gracia de la genética a la que no se puede renunciar, causó en mí la percepción de estar ante uno de los políticos nacionales merecedores a ocupar el Top Ten de la fullería en la actividad que ha sido considerada como el segundo oficio más antiguo del mundo y que guarda gran relación con el primero.

No exagero cuando digo que ver actuar a Yunes Linares es tener contacto con uno de los grandes funámbulos del Gran Circo Político Nacional, pocos tan bien dotados para conjugar su talento para la transa con sus cualidades para mentir; la imaginación con el histrionismo; el descaro como común denominador.

Y aquí le paro a estas líneas que me está dictando el priista que llevo dentro de mí. Hasta parece un elogio. Con decirles que, conforme escribí lo anterior, sentí deseos de cambiar uno que otro calificativo y enviar una factura al área de Comunicación Social del gobierno del Estado de Veracruz por concepto de honorarios por la redacción de un ditirambo.

Ironías aparte, Yunes Linares ha sabido cambiar con destreza de chaqueta. Después de ser diputado local y dos veces federal, por el PRI. Ahijado favorito de la maestra Elba Esther Gordillo, renuncia al PRI cuando ésta fue destituida de su cargo. El veracruzano se coloca en el gobierno del hoy payasito de la tele Vicente Fox. Después de dos o tres jugadas de tres bandas (hablo de billar no de delincuencia); cae parado en el gobierno de Felipe Calderón y es nombrado, con el patrocinio de su madrina Gordillo, Director General del ISSSTE. Se hace panista en el 2008. Renuncia al ISSSTE para ser candidato a gobernador de Veracruz por el PAN. ¿Quién no recuerda el destapepastelazo? Por cierto el pastel era envinado. Pierde la gubernatura ante el más odiado de sus enemigos, Fidel Herrera.

Luego, si bien recuerdo tuvo una bronca con la maestra por cuestiones económicas. Parece ser que ella quería que el ISSSTE ayudara a su partido —Nueva Alianza— con 20 millones de pesos mensuales. A Yunes le pareció demasiado caro el derecho de piso y rompió con su madrina.

El hoy gobernador, volvió a ser diputado, lo postuló el PAN por el principio de Representación Proporcional. Renuncia a la legislatura para ser candidato, por el mismo partido, a la mini gubernatura veracruzana; sólo será de dos años, suficientes para vengarse de sus enemigos y perfilar a sus vástagos a uno para sucederlo y a otro como alcalde del puerto.

Como bien sabemos, Yunes Linares hizo su campaña para gobernador con base en la promesa de meter a la cárcel a su antecesor Duarte y, también, a Fidel Herrera Beltrán. Gana los comicios. El gordito Duarte huye y el moreno Herrera es cónsul en Barcelona; deja de serlo pero nadie sabe de él.

Ya como gobernador electo anunció que el día de su toma de posesión haría cimbrar a México. Va a Los Pinos a presentar sus institucionales respetos. Toma posesión y no se cimbran ni siquiera las palmeras del malecón (y eso que están borrachas de sol).

En busca de un golpe espectacular, se une a la guerra contra López Obrador, declara que Morena es cómplice y beneficiaria de Duarte. No se lo cree nadie. Enseguida su tropical imaginación le inspiró interponer una segunda denuncia en contra de Flavino Ríos Alvarado, el ex gobernador interino. Ahora lo acusa de un presunto desvío de recursos por 247 millones 126 mil 087 pesos. El monto corresponde al tiempo en el que el denunciado fue secretario de Gobierno.

Metido en un brete tiene que cumplir la promesa de meter a la cárcel a Duarte y a Fidel, esas son las ballenas, los peces gordos. Flavino Ríos es una sardina expiatoria que se encuentra detenido en Pacho Viejo acusado de haber ayudado a Duarte en su huida. Es todo. Imposible que el hoy preso sepa y vaya a decir dónde se encuentra el gordito en fuga.

El inquieto y mediático gobernador siente que el tiempo se le está yendo de las manos. Faltan 81 días para que se celebren elecciones para alcaldes en los 212 municipios de Veracruz y no ha podido dar un golpe espectacular. Lo ideal sería que en éste lapso capturaran a Duarte de Ochoa. Con esa supuesta captura también sería beneficiado el PRI. Bueno, siempre y cuando el gordito una vez enchiquerado no le dé por hablar. No se usted, pero yo tengo la impresión que Javiercito con su voz de pito es proclive a hablar. Es de los que hay que darles un buen golpe no para que abran la boca, sino para que la cierren.

Nombramiento

Una sugerencia para el presidente Peña Nieto, que nombre al licenciado Aurelio Nuño Mayer, coordinador de las policías federal y del fuero común para que sus elementos aprendan a aprehender.