No se cumplió ninguna de las tres condiciones y a menos de un año de que López Obrador deje de ser Presidente lo que enfrentamos es la rendición de muy malas cuentas
Poner al frente de Petróleos Mexicanos a un ingeniero agrónomo siempre pareció un error, pero más lo ha sido dejar la toma de decisiones de una empresa petrolera con tantos problemas a un personaje dominado por el pasado y el pensamiento dogmático como el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La única combinación que era necesaria para salvar a Pemex de su condición de quiebra técnica era un mandatario con visión de Estado, que privilegiara la salud de las finanzas de la empresa y del país sobre el mito del petróleo nacionalizado; un experto en petróleo y finanzas al frente de la empresa; y un verdadero compromiso de combate a la corrupción en esa entidad pública.
No se cumplió ninguna de las tres condiciones y a menos de un año de que López Obrador deje de ser Presidente lo que enfrentamos es la rendición de muy malas cuentas.
Este régimen incumplió sus propias metas de producción de petróleo y ahora, en un afán de querer aparentar un mal menor hace algo a lo que recurre con mucha frecuencia, mentir con ayuda de las estadísticas.
López Obrador le puso al agrónomo Octavio Romero como meta que Pemex produjera dos millones 400,000 barriles por día (bpd) al cierre del sexenio y la empresa petrolera apenas y produce este año 1 millón 596,000 bpd, lo que constituye una caída en picada desde 1 millón 813,000 bpd del cierre del sexenio de Peña Nieto.
Y tras la ineficiencia viene la mentira, porque Romero aseguró en su comparecencia ante legisladores que la producción este año es de 1 millón 886,000 bpd, pero a las peras del petróleo crudo le sumó las manzanas de los condensados. Esos son otros gases que sólo inflan las estadísticas mañosas de la producción de petróleo crudo.
Pero el cuento sigue con el nivel de endeudamiento de esta empresa. Y, otra vez, con las peras de los precios corrientes y las manzanas de los precios constantes, el régimen presenta gráficas que engañan sobre el monto de la deuda de Petróleos Mexicanos. La deuda ha crecido, aunque quieran maquillar las gráficas de la mañanera.
Lo mismo hacen con los montos de transferencias de recursos públicos a la empresa, pretenden torcer los datos para esconder esos traspasos. Pero el más de 1 billón de pesos (millón de millones de pesos) que en este régimen han pasado del erario a Pemex es difícil de esconder.
Y en el remate, el agrónomo se enoja con los legisladores que le reclaman que Pemex regala petróleo a la dictadura cubana. Claro, Romero niega que se trate de un “donativo”, pero quedan pocas dudas de que petróleo mexicano entró a la isla caribeña sin pago de por medio.
Por lo menos, a los que no les queda duda de ese respaldo del régimen de López Obrador a la dictadura de Díaz-Canel es a los funcionarios del banco estadounidense de exportaciones e importaciones (Eximbank) que canceló un crédito a Pemex por 800 millones de dólares por el regalazo petrolero.
Hay muchos fracasos en este régimen y hay muchas formas torcidas de intentar ocultarlos. Pero cuando se trata de un fiasco del tamaño del manejo que han dado a Pemex, eso es muy difícil de ocultar.