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A mediados de abril dedicamos una edición de Sin Fronteras al análisis del debate sobre la forma de la recuperación económica a nivel global. En aquella ocasión apuntamos que la esencia del debate se concentraba en la velocidad y consistencia de la recuperación económica.

En términos simples, se habla de una recuperación económica en forma de “L”, “U”, “V”, “W”, o inclusive como el símbolo de una raíz cuadrada. Una recuperación en forma de “L” en realidad no es recuperación, sino una situación en la que la actividad económica deja de contraerse, pero se estanca en un su nuevo nivel más bajo.

Una recuperación en forma de “U” estaría marcada por un periodo de estabilización en la actividad económica seguido de un crecimiento gradual. Una recuperación en forma de “V” implicaría un periodo de estabilización corto y una rápida recuperación en el ritmo de crecimiento económico.

Una recuperación en forma de “W”, implicaría una recuperación rápida pero fugaz, seguida de un nuevo periodo de contracción de la economía antes de finalmente emprender una senda de crecimiento más adelante. Finalmente, una recuperación en forma de símbolo de raíz cuadrada se caracterizaría por un corto periodo de estabilización seguido de un pequeño rebote y un estancamiento posterior. Inicialmente, el consenso entre los expertos era que la recuperación en esta ocasión tendría forma de “V”.

Esta tesis considera que la actividad económica –que fue puesta en un coma artificial por las medidas de confinamiento social para evitar la propagación de la pandemia y la saturación de los sistemas de salud– debería mostrar una fuerte recuperación una vez que se inicie con la reapertura de actividades, sobre todo en las economías en las que se han implementado fuertes medidas de estímulo para proteger el empleo y el ingreso familiar.

Este ha sido el escenario base de los políticos y también de los mercados. Sin embargo, el regreso a la “nueva normalidad” ha traído consigo una fuerte dosis de realidad. Aunque algunos países han logrado reaperturas graduales sin un repunte importante en el número de casos (como las economías asiáticas y algunos países de Europa), otros países (como Estados Unidos) han experimentado un incremento sustancial de casos nuevos después del comienzo de la reapertura. En algunos estados de EU el repunte ha obligado a las autoridades a revertir algunas de las medidas de reapertura.

La experiencia de las últimas semanas nos ha dejado ver que la recuperación en “V” es un escenario altamente incierto mientras no exista una vacuna, o por lo menos, un tratamiento ampliamente disponible para el Covid-19, lo cual podría suceder hasta el 2021. Aunque las medidas de confinamiento observadas en abril y mayo difícilmente se restablecerán –a menos de que los sistemas de salud se saturen– la actividad económica en algunos sectores seguirá muy afectada hasta que tengamos una vacuna o tratamiento.

Tomando en cuenta la evidencia disponible hasta ahora, lo más probable sería que la economía global tendrá una recuperación en forma de “U” pero no se puede descartar una “W”.