Le voy a poner una coma final. Florestán Por meses, ciertos representantes del único consorcio que al final calificó para construir el tren rápido México-Querétaro se estuvieron pavoneando: eran los ganadores del concurso convocado por la SCT, como al final ganaron. Pero en el camino dejaron una estela de inconformidad y sospecha que al final se … Continued
Le voy a poner una coma final. Florestán
Por meses, ciertos representantes del único consorcio que al final calificó para construir el tren rápido México-Querétaro se estuvieron pavoneando: eran los ganadores del concurso convocado por la SCT, como al final ganaron.
Pero en el camino dejaron una estela de inconformidad y sospecha que al final se convirtió en reclamo público y conflicto.
Los otros concursantes se quejaron del breve plazo, dos meses, para presentar sus proyectos, al tiempo que decían que los chinos y sus asociados mexicanos habían tenido privilegios especiales.
Hay que apuntar que el proyecto del consorcio China Railway era el mejor, el más completo, y respaldado por un financiamiento del Eximbank de su gobierno por 3 mil 500 millones de dólares, casi el monto del total del costo de la obra, 58 mil 951 millones de pesos.
Pero, dicho lo anterior, debo apuntar que hay quienes se fueron de la boca presumiendo lo que debía haber sido discreción y respeto, no solo a sus competidores, sino al proceso mismo que hacían parecer como un mero trámite.
En estas condiciones, el pasado lunes 3, el director de Transporte Multimodal de la SCT, Pablo Suárez Coello, anunció el resultado a favor de los chinos, asociados con las cuatro constructoras mexicanas.
Ante las dudas y reclamos sobre legalidad y transparencia del proceso, la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado citó a Gerardo Ruiz Esparza a explicar la licitación, lo que desahogó el jueves a la misma hora en que el presidente Peña Nieto, al tanto de las inconformidades, revocaba personal y directamente el resultado de la licitación y en vísperas de su viaje oficial a China, lo que salió a anunciar en El Noticiero el mismo titular de la SCT.
Algo debió ver, y saber el Presidente, que tomó el riesgo doble: el de negocios y el diplomático con quien se quiere convertir en el principal socio de México.
Insisto, algo debió registrar porque el tema de la cancelación fue, dicho por Ruiz Esparza: transparencia y legitimidad.
Y ahora se licitará de nuevo y quizá vuelvan a ganar los chinos, pero no con los mismos mexicanos.
Al menos, no con todos.
RETALES
1. REMASTERIZADO. El regreso de Miguel Ángel Mancera apacigua ambiciones que se habían desatado; regreso, además, que le da la oportunidad de hacer los ajustes que había pospuesto;
2. REVELACIÓN. Alejandro Encinas me reveló ayer que la dirigencia chuchista del PRD quería hacer a José Luis Abarca diputado federal y a su esposa dirigente estatal del partido y candidata a la alcaldía de Iguala, a pesar sus crímenes; y
3. FINALISTAS. Dos nombres aparecen en las ternas de las bancadas del Senado para la presidencia de la CNDH: Mauricio Farah y Luis Raúl González Pérez. El de Raúl Plascencia ya no está.
Nos vemos mañana, pero en privado