Elecciones 2024
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El pesimismo alcanzó su clímax a finales del año pasado cuando a la volatilidad en los petroprecios se sumó el triunfo de Trump

No recuerdo que en algún momento de este sexenio la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) hubiera modificado al alza su expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano.

Al contrario, la constante desde el primer momento fue la corrección a la baja de sus estimaciones, tanto como las del Banco de México o de los analistas privados.

Tanto así que si recordamos el panorama planteado hace cinco años, hoy deberíamos estar creciendo a tasas de 5 por ciento.

El pesimismo alcanzó su clímax a finales del año pasado, cuando a la complicada situación presupuestal, a la baja en los precios del petróleo y el alza en la cotización del dólar frente al peso se sumó el inesperado triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Esa combinación alcanzó para llevar casi al piso las estimaciones de comportamiento del PIB.

Las amenazas constantes y creíbles de Trump sobre su hostil relación con México, lo mismo en lo comercial, que en lo migratorio y fronterizo alcanzaron para destapar los peores sentimientos pesimistas entre los que hacen matemáticas financieras para calcular un porcentaje de crecimiento.

El factor Trump, que tanto pegó en las emociones, llevó a la baja del ánimo de los que hacen cálculos que incorporaron toda esa subjetividad en sus números.

Ahí llegamos a las estimaciones para este 2017 más cercanas a 1 que a 2% y en algunos casos pronósticos que apenas anticipaban crecimientos en el rango entre 0 y 1 por ciento.

Trump se ha desinflado a la par que sus amenazas. No están anuladas las posibilidades de sacar un mal resultado de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Sin embargo, hoy los temores son menores sin lugar a dudas.

Esa atenuación del miedo a Trump ayuda al comportamiento de mercados como el cambiario, a la confianza de los inversionistas y, por lo tanto, se tiene que considerar como un atenuante para los temores de los analistas que calculan el crecimiento del PIB.

Entre los múltiples pronósticos mejorados está justamente el de la Secretaría de Hacienda que pasó apenas del rango de 1.3 a 2.3% a un intervalo entre 1.5 y 2.5 por ciento. No es gran cosa, pero es una mejora.

Sin perder de vista a Trump el resto del año, hay otros factores también subjetivos que podrían pesar a favor o en contra de las estimaciones económicas.

Una primera escala se cumple con las elecciones del Estado de México. El resultado de esa elección local podría no marcar una diferencia positiva, pero si se tiende por la opción de la ruptura, sin duda aumentará el nerviosismo.

Claro está que eso abre ya de par en par la carrera presidencial. Ese evento es determinante para la confianza en esta economía.

La conformación de alianzas, los nombres de los candidatos, las primeras encuestas y la predecible radicalización de Andrés Manuel López Obrador son sumas o restas para las estimaciones económicas y financieras del país, con todo y que el resultado electoral estará disponible hasta la mitad del próximo año.