Pero sobre todas las cosas, la presidenta Sheinbaum tiene una tarea imprescindible para apoyar sin hendiduras la cimentación del multicitado segundo piso de la CuatroT
Según el conteo rápido del INE dado a conocer a la medianoche de ayer, con más votos que los obtenidos, hace seis años, por López Obrador, Claudia Sheinbaum es la virtual primer presidenta que tiene México —país de machos— cosa que, no es por nada, pero no han logrado ni Estados Unidos ni Canadá.
Durante su campaña electoral, Claudia Sheinbaum proclamó que en su gobierno edificaría el segundo piso de la CuatroT. Con esto la candidata de Morena le recordaba al electorado la obra más útil y brillante de López Obrador cuando éste fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y Claudia su colaboradora más cercana en dicha y exitosa realización.
Ponerle segundo piso a la CuatroT significa que el primer piso de este movimiento político, de esta revolución silenciosa, ya esté terminado, cosa que a mi manera de ver no lo está. Urge pavimentarlo y dejarlo libre de problemas antes de pensar en fincarlo.
Entre los tramos del primer piso que están en malas condiciones habrá que mencionar la inseguridad, rubro en el que urge un cambio de estrategia en vista de que los abrazos no funcionaron, si bien se hizo un esfuerzo por atacar las causas, habrá que continuarlo en el entendido que es una iniciativa a largo plazo, pero la inseguridad que hoy se sufre en una buena parte del país no puede esperar, es urgente erradicarla. Como también es apremiante arrancar de raíz la extorsión y la impunidad.
Otra asignatura pendiente del primer piso de la CuatroT fue una de las causas por las que un gran porcentaje de mexicanos votamos por Andrés Manuel López Obrador y que al término de su sexenio sentimos que no cumplió: el castigo penal para aquellos que en gobiernos pasados hicieron jugosos negocios al amparo del poder, personajes con los que López Obrador se ha portado más afectuoso que una esposa en día de quincena, inclusive llegó a decir que Peña Nieto era un demócrata.
Por supuesto que no puede levantarse un buen segundo piso sin antes, revisar los pendientes que en materia de corrupción ha habido en la CuatroT, bastaría con mencionar el caso de Segalmex y la protección brindada, con un puesto de bajo perfil en la secretaría de Gobernación, a Ignacio Ovalle, director de la institución, quien —¡inocente!— no supo que estaba rodeando de pillos. (El caso Ovalle es parecido al de Calderón con García Luna, si no se dieron cuenta de las corruptelas que realizaban sus subordinados, merecen un castigo si no por corruptos, sí por pendejos).
Pero sobre todas las cosas, la presidenta Sheinbaum tiene una tarea imprescindible para apoyar sin hendiduras la cimentación del multicitado segundo piso de la CuatroT: la reconciliación nacional, con humildad y mesura; la construcción de la certidumbre política y económica —gobernaré para todas y todos, dijo; y, algo que se ve difícil, pero no imposible, sobre todo si existe buena voluntad en quien, como ha dicho, al finalizar su sexenio se jubila y se va a la Chingada, desmarcarse de Andrés Manuel, ser ella misma. El redactor de estas líneas cree que Claudia tiene una magnífica inteligencia emocional, superior a la de su antecesor.
Punto final
Cuando don Adolfo Ruiz Cortines, tomó posesión de la Alta Magistratura, siendo el sucesor del licenciado Miguel Alemán Valdés, en su discurso de toma de posesión expresó que en su gobierno no había cupo para el amiguismo, el influyentísmo, y los hombres de negocios asociados al poder. Características que habían predominado durante el gobierno de Alemán. Cuando ambos personajes abordaron el Cadillac convertible que los conduciría a Palacio para el acostumbrado besamanos al entrante y el sutil mutis del saliente, éste le comentó entre dientes a aquél: Don Adolfo, eso que dijo no estaba en el discurso que me envío ayer por la tarde. Don Miguel, ayer por la tarde no era yo el presidente.