Elecciones 2024
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Como comentamos la semana pasada, los mercados accionarios de Estados Unidos están nuevamente rondando máximos históricos impulsados por la percepción de que los principales riesgos —una escalada en las tensiones comerciales, un endurecimiento en la política monetaria de la Reserva Federal (Fed), y la probabilidad de recesión en Estados Unidos (EU)— se han venido disipando.

Sin embargo, para muchos especialistas, los mercados muestran una actitud complaciente por parte de los inversionistas.

No obstante, existe un riesgo en el horizonte que ha empezado a generar preocupación y que en los próximos meses podría provocar una fuerte corrección en los mercados.

Este riesgo se llama Elizabeth Warren. Aunque todavía falta un año para las elecciones presidenciales en EU, el proceso de selección de candidato en el Partido Demócrata está por entrar en su fase crítica durante el primer trimestre del 2020.

El proceso cuenta con una multitud de candidatos entre los que destacan dos personajes con visiones muy diferentes de política económica. El líder indiscutible y probable candidato al principio del proceso era el exvicepresidente Joe Biden, considerado por muchos como un “centrista”.

Para muchos, Biden es el mejor colocado para derrotar a Trump. Sin embargo, la ventaja de Biden en las encuestas primarias se ha venido reduciendo considerablemente frente a la senadora “progresista” del estado de Massachusetts Elizabeth Warren.

Aunque Biden sigue al frente en las encuestas, la tendencia ascendente de Warren y el estancamiento de Biden han comenzado a generar preocupación entre los inversionistas.

Dentro de las posturas “progresistas” de Warren que más preocupan al mercado se encuentran las siguientes: i) la creación de un sistema universal de salud pública; ii) una regulación mucho más restrictiva para el sector financiero que podría incluir la separación de los grandes grupos financieros; iii) una supervisión más estricta y la posible ruptura de los grandes gigantes de tecnología; y iv) un plan para incrementar los impuestos a las grandes corporaciones y a las clases más adineradas, incluyendo un impuesto a la riqueza.

Un eventual triunfo de Warren en las elecciones presidenciales tendría un fuerte impacto negativo en los principales índices accionarios como el Dow Jones y el S&P 500, donde las empresas de los sectores que estarían en el ojo del huracán (salud, financiero y tecnología) tienen un peso muy significativo.

Aunque los mercados parecen asignar, por el momento, una probabilidad pequeña a que Warren gane la elección presidencial, algunos especialistas estiman que el S&P 500 podría llegar a perder entre 30 y 40% de su valor actual.

Aunque el escenario de Warren como presidente se ve todavía más lejano, un buen desempeño en cualquiera de las primeras contiendas primarias de febrero (Iowa, New Hampshire, Nevada y South Carolina) podría ser suficiente para provocar un ajuste de 5-10% en los mercados.

Si el desempeño positivo se extiende al “supermartes” del 3 de marzo, en el cual 14 estados tienen votaciones primarias, entonces el ajuste en los mercados podría más cercano a 20 por ciento.

De ganar las elecciones presidenciales y no moderar sus posturas, el ajuste sería aún mayor.