Elecciones 2024
Elecciones 2024

Presupuesto “inercial” llaman los expertos al que la Cámara de Diputados aprobó para el año 2021. Quiere decir que no se ven en él cambios importantes sino el seguimiento de un rumbo previo de asignaciones y prioridades.

También se puede considerar inercial, políticamente hablando, el plegamiento de los diputados de la Cámara a la instrucción presupuestal del Ejecutivo.

El otro aspecto inercial del presupuesto es su mensaje subyacente, la fantasía de que en el país no sucede nada que el presupuesto federal deba atender con alguna urgencia. El gobierno puede seguir adelante con sus mismas prioridades, en medio de la mayor crisis económica y la mayor crisis de salud que recuerda mi generación.

Nada habrá especial en el presupuesto de 2021 para esta circunstancia extraordinaria. Las prioridades de inversión del gobierno se mantienen intactas: Pemex, Santa Lucía, el Tren Maya, Dos Bocas.

La emergencia sanitaria, que adquiere proporciones catastróficas, no merece una asignación presupuestal equivalente. El IMSS y el Issste mejoran en 1 por ciento su gasto dedicado a la atención a la salud. El presupuesto no contempla una partida para comprar la vacuna contra el covid que pueda estar disponible el año entrante.

No hay tampoco asignaciones especiales para la emergencia educativa ni para remediar en algo las gigantescas carencias digitales de las escuelas y de los hogares que ha exhibido la pandemia.

El Presidente y sus diputados han borrado, en cambio, la partida destinada a las 27 mil escuelas de tiempo completo que hay en el país, a las que acuden 3.6 millones de niños y jóvenes, que incluyen 1.3 millones de comidas escolares; 70 por ciento de estas escuelas están en zonas indígenas y marginadas.Ganaron en el presupuesto las partidas de programas sociales del gobierno, cuyo propósito de clientelismo electoral es evidente. Ganó la Guardia Nacional, cuyos costos siguen yendo muy por delante de sus resultados.

Durante 2021, el gobierno gastará como si estuviera en un país donde no hay crisis económica, ni pandemia, ni emergencia educativa, ni necesidad de endeudarse, aunque el solo encogimiento de la economía haya hecho crecer en 15 o 20 puntos del producto interno la deuda del gobierno. Es el presupuesto de aquí no pasa nada.