Elecciones 2024
Elecciones 2024

Más falso que una amistad hecha a través de Facebook resultó el supuesto secuestro del que fuera víctima y héroe el futbolista nativo de Ciudad Victoria, Tamaulipas y, actualmente, goleador del Olympiakos, de la Superliga de Grecia, Alan Pulido.

Según se supo, Alan vacaciona en su tierra natal, donde el sábado pasado asistió acompañado de su hermano y unos amigos a una fiesta en el Parque los Troncones. El regreso lo hizo, aproximadamente, a las 11 de la noche, acompañado de su novia Ileana Salas, a bordo de un auto BMW. El vehículo fue interceptado por un comando armado, hombres encapuchados que se llevaron al futbolista. Su pareja fue dejada en libertad, algo desacostumbrado; ella se encargó de avisar a las autoridades lo sucedido.

A partir de ese momento, el gobierno tamaulipeco ha contado una historia que parece planeada por Genaro García Luna, después de una noche de copas con Felipe Calderón.

Según la “verdad histórica”, Alan fue levantado por los Zetas, quienes al parecer ese día tenían flojera o subestimaron al futbolista, porque no le vendaron los ojos cuando lo subieron a su camioneta, de tal manera que el muchacho se dio cuenta del camino por el que lo llevaban; además, al parecer lo ataron con unas agujetas o con estambre por la manera en la que el joven deportista se zafó de los amarres, para enseguida enfrentar al sicario que lo cuidaba que, por lo visto, era el más pendejo del grupo, ya que al plagiado le bastó con meter las manos —lo que menos utiliza un centro delantero- para noquear a su cuidador y despojarlo de su celular, con el cual se comunicó al 066, con tan buena fortuna que le contestaron a la primera. Con sólo una mano, ya que la otra la tenía ocupada con el celular, el héroe de esta película siguió golpeando a su vigilante para que le dijera la ubicación de la casa donde estaban. El secuestrador terminó confesando que es “por detrás del planetario”. Ah que secuestrador tan chivatón. Una vez que lo noqueó, le quitó el arma a su custodio: una pistola sin balas -como las armas y las balas son gringas y el dólar está caro, los Zetas están en plan de ahorrar parque-. Con la pistola sin balas, el protagonista de este chafísima thriller bajó las escaleras y burló la vigilancia de un segundo celador. En el momento preciso en que llegaba la policía estatal, Alan rompía con su mano derecha un vidrio de la puerta para salir. (Ahí sí se apendejó la estrella de la peli. Bien podría haber roto el vidrio con la pistola aunque ésta no trajera balas).

La raza bromista y futbolera del norte asevera que por la manera tan ingenua con la que se realizó el secuestro, sospecharon que el plagio lo habían perpetrado el ingeniero Alejandro Rodríguez y Ricardo Tuca Ferreti, presidente y director técnico, respectivamente, del Club de Futbol Tigres de la Universidad de Nuevo León, con quien Alan tiene diferencias contractuales, ya que el futbolista firmó con el equipo griego cuando todavía estaba vigente su contrato con el club regio. La misma raza desechó la teoría, porque saben que Alan no hubiera sido capaz de pelearse a golpes con el Tuca, ya que a éste le basta con pegarle un grito como los que acostumbra para que el futbolista se sosiegue.

En un comunicado emitido en las primeras horas del lunes, el Grupo de Coordinación Tamaulipas confirmó que se logró rescatar a Pulido en perfecto estado de salud.

Tras su liberación fue trasladado a El 2 Zaragoza, lugar que fuera sede de la extinta policía preventiva. Hasta ahí llegó el gobernador del estado Egidio Torre Cantú, dizque para constatar el estado en que se encontraba el futbolista tamaulipeco. “Lo más importante es que vean que aquí está con nosotros Alan. Precisamente ahorita estamos desahogando las diligencias, los procedimientos, y ya más adelante les daremos a conocer los detalles. Así es que nos vamos a seguir trabajando” declaró el mandatario estatal, que por primera vez en su mediocre periodo de gobierno que está por fenecer, pudo salir en los medios de comunicación nacionales.

El filósofo de Güemes

Antes de ayer, otro tamaulipeco, Ramón Durón Ruiz, perdió la vida en un accidente automovilístico en la carretera Puebla- Xalapa. El abogado y conferencista era conocido como el Filósofo de Güemes, personaje ficticio que utilizaba para dar consejos de manera satírica y obvia sobre la realidad mediante frases humorísticas, como las que a continuación leerán:

Curva que se endereza: es recta. El que anda de buenas, no puede andar de malas. El que sabe, sabe; el que no, es el jefe. Esta carretera no va ni viene; Victoria queda pa’ allá. Llego tarde, pero sin sueño. Me han tenido como bacinica vieja, ¡ni un pedo me tiran! Me tienen como perro de rancho: me amarran en las fiestas y me sueltan en las broncas. Pa’ que el barco flote, a fuerza tiene que estar en el agua. Todo exceso es bastante. En política hay que ser como los frijoles de olla, arriba o abajo, ¡pero adentro! Lo buenos políticos son como el amor de madre, ¡no se fijan en chingaderas! En política hay que hablar de democracia; pero la palabra del jefe es mayoría.