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A pesar de una desaceleración importante en las cifras de marzo, la economía estadounidense está creando nuevas plazas de trabajo a un ritmo récord. Durante los últimos doce meses se han creado 3.12 millones de empleos, lo que equivale a un promedio de 260,000 plazas mensuales, el ritmo más acelerado desde 1998.

Este fuerte crecimiento en la creación de empleo ha permitido que la tasa de desempleo disminuya de 8% en enero del 2013 a 5.5% actualmente, nivel que se acerca cada vez más al 5% que prevalecía en los meses anteriores de la crisis y que se compara favorablemente con el promedio histórico de los 38 años anteriores al comienzo de la crisis de 2008-09 que se ubica en 6.1 por ciento. La disminución en la tasa de desempleo durante los últimos 26 meses se ha dado de manera mucho más rápida a lo anticipado.

Hasta principios del 2014 prevalecía cierto consenso alrededor de la opinión de que la tasa de desempleo no rompería la barrera del 6% hasta mediados de 2015. Sin embargo, esto sucedió a mediados del mismo 2014 y ahora la mayoría de los economistas espera que la tasa de desempleo concluya el 2015 en un nivel cercano a 5 por ciento.

Históricamente, los periodos de fuerte contracción en la tasa de desempleo han sido acompañados de incrementos importantes en los salarios reales. Las leyes de oferta y demanda nos dicen que si la demanda por un bien o servicio aumenta –en este caso el empleo– normalmente su precio –en este caso el salario– debe incrementarse. Esta situación normalmente se traduce en un incremento notable en la masa salarial resultado de un mayor número de gente trabajando y mayores salarios por hora.

Sin embargo, a pesar de la fuerte recuperación en el ritmo de creación de empleos y la disminución sustancial en la tasa de desocupación, el crecimiento en los salarios reales ha brillado por su ausencia y el principal motor del incremento en la masa salarial ha sido el incremento en el número de gente trabajando.

Una de las posibles explicaciones detrás de este fenómeno es que un número importante de personas que abandonó la fuerza laboral durante la crisis y los años posteriores, está regresando poco a poco a la fuerza laboral y se está conformando con un salario relativamente bajo.

Hay que recordar que como parte de las medidas de apoyo a la población durante la crisis, el gobierno implementó un programa de emergencia a través del cual se expandió el periodo para recibir beneficios por desempleo de 26 a 39 semanas –y en algunos casos hasta 46 semanas. Este programa concluyó en diciembre del 2013, empujando a muchas personas a reincorporarse al mercado laboral gradualmente.

Por otro lado, el número de trabajadores que tiene un empleo de medio tiempo y que quisiera tener un empleo de tiempo completo es muy superior al promedio histórico. La prioridad de muchos de estos trabajadores de medio tiempo, y de aquellos que están reinsertándose en la fuerza laboral, es trabajar más horas y probablemente estén dispuestos a hacerlo por un salario razonablemente bajo.

A pesar de que la tasa de desempleo ha bajado muy rápido, la ausencia de presiones salariales le ha permitido a la Reserva Federal mantener una postura muy acomodaticia. En adición a las cifras de creación de nuevas plazas de trabajo y de la tasa de desocupación, la Fed estará monitoreando el comportamiento de los salarios y de la calidad de los empleos creados (medio tiempo contra tiempo completo) para escoger el momento adecuado para comenzar a subir la tasa de interés de referencia.