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Mañana se dará a conocer el sexto anuncio de política monetaria de este año por parte del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por su sigla en inglés).

A pesar de que no se anticipa ningún cambio en la tasa de referencia, varios expertos consideran que este anuncio podría ser el más importante del año. Esto se debe a que la Fed podría comenzar a retirar liquidez del mercado, reduciendo su balance y poniendo fin a una era sin precedentes de influencia por parte del banco central en el comportamiento de los mercados.

Aunque la Fed ha dado señales de que actuará de manera cautelosa, vale la pena recordar lo acontecido en los últimos nueve años para dimensionar de manera adecuada la influencia que ha tenido la política monetaria sobre los mercados en los últimos años. Para eso, hay que remontarnos a noviembre del 2008, cuando la Fed anunció que inyectaría a los mercados hasta 600 mil millones de dólares destinados a la compra de bonos hipotecarios. Sin embargo, estas primeras inyecciones no ampliarían el tamaño del balance de la Fed, que en ese momento era de aproximadamente 900 mil millones de dólares, ya que el banco central compensaría mediante la venta de otros instrumentos.

Ante la falta de contundencia de estas primeras inyecciones, en diciembre del 2008 la Fed se vio obligada a ampliar el programa a 750 mil millones compras de bonos hipotecarios y 300,000 millones en bonos del Tesoro, ahora sí duplicando el tamaño de su balance e iniciando formalmente el programa de estímulos cuantitativos conocido como QE. Este incremento en el balance se dio entre diciembre del 2009 y marzo del 2010. Hacia noviembre del 2010, la Fed dio inicio al QE2, anunciando inyecciones adicionales por 600 mil millones a llevarse a cabo entre noviembre del 2010 y junio del 2011. Posteriormente, en septiembre del 2012 la Fed dio a conocer que inyectaría 80 mil millones mensuales adicionales (40 mil millones de bonos respaldados por hipotecas y 40 mil millones de bonos del Tesoro) hasta que las condiciones de mercado lo requirieran.

Hacia finales del 2013, la Fed comenzó a reducir gradualmente el monto mensual de inyecciones de recursos frescos hasta concluir su programa de estímulos cuantitativos en octubre del 2014. Sin embargo, la Fed ha seguido reinvirtiendo los recursos provenientes de intereses y pago de principal de estos instrumentos.

Como consecuencia de las decisiones de los últimos nueve años, el balance de la Fed más que cuadruplicó, pasando de aproximadamente 900 mil millones en diciembre del 2008 a aproximadamente 4.5 billones de dólares. Si bien el gran experimento de política monetaria de la Fed no tuvo un impacto directo en la actividad económica, su impacto en los mercados financieros fue dramático, creando un efecto riqueza positivo que a su vez ayudó a apuntalar a la actividad económica de manera indirecta.

La actividad económica parece haber entrado a una fase de recuperación autosustentable; sin embargo, el impacto del retiro de liquidez en los mercados es a todas luces incierto. La Fed lo sabe y es por eso que ha diseñado un plan de retiro muy gradual, en el que inicialmente podría dejar de reinvertir aproximadamente 10 mil millones mensuales de intereses y amortizaciones (provenientes de bonos del tesoro de largo plazo y bonos respaldados por hipotecas). Dependiendo de las condiciones de mercado, la Fed podría incrementar el monto de desinversión mensual en 10 mil millones de dólares adicionales cada tres meses durante los próximos 12 meses hasta alcanzar 50 mil millones al mes.

Para algunos observadores, la combinación del inicio de los retiros de liquidez y posibles alzas en la tasa de interés de referencia podrían afectar a la recuperación económica. Es por eso que los mercados han comenzado a descontar que la Fed esperará a ver cómo reaccionan los mercados al retiro de liquidez y tomará una postura más gradual a la expresada hasta ahora en cuanto a la trayectoria de alzas en la tasa de referencia.