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El día que el presidente López Obrador dijo que el cubrebocas no era indispensable, la jefa de gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, pidió que todos usaran cubrebocas.

Las cifras de la pandemia empiezan a ahogar a la ciudad, sus hospitales se saturan, y se abre una brecha de prioridades entre el gobierno de la ciudad y el de la República.

El primero quiere volver al semáforo rojo, que implica confinamiento y restricciones a la actividad económica.

El segundo quiere mantener a la ciudad en el semáforo naranja y no cerrar la economía en el fin de año.

Es una batalla de prioridades tras de la cual se esconden hechos cuya gravedad las autoridades conocen pero no discuten en público. El gobierno capitalino ve cumplirse día con día su escena temida, la saturación hospitalaria, y quiere meter un freno a los contagios. Quiere confinamiento y cubrebocas: menos contagios y menos muertos.

El gobierno federal tiene la misma información grave, pero quiere la economía andando, sin cubrebocas, aunque crezcan los contagios y los muertos.

El dilema es salvaje pero expresivo del punto en que estamos, obligados a escoger entre menos contagios y menos muertos o menos empleos y menos recuperación económica. Atacado a tiempo, como lo hicieron otros países, el dilema no hubiera existido, pues contener rápido la pandemia permite reabrir más rápido la economía.

Mal atacado desde el principio, como se hizo en México, el dilema se presenta hoy con acentos trágicos, pues la pandemia no se ha contenido sino que va al alza, y la economía lleva demasiado tiempo castigada, sin alivio por el lado de la contención de la pandemia ni por el lado del financiamiento de emergencia a negocios y trabajadores.

La vacuna está a la vista, dice el gobierno federal. Supongo que, en su lógica, para salir del túnel falta solo un jalón de sacrificio en la enfermedad y de recuperación en la economía.

Pero lo que está a la vista del gobierno de la ciudad es que sus hospitales se saturan y la gente se le viene encima.

El dilema para ambos gobiernos es brutal: o menos muertos o menos empleos. Parecen estar enfrentados en esto.