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La semana pasada, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) celebró su tercera reunión de política monetaria del año, elevando la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto y fijándola en un rango de 5.0-5.25 por ciento.

Aunque el incremento estuvo en línea con lo esperado por los especialistas, la atención del mercado estaba centrada sobre el contenido del comunicado y el tono de la conferencia de prensa del presidente de la Fed, Jay Powell, buscando señales sobre la trayectoria futura para las tasas de interés.

En el comunicado, la Fed reconoció que la actividad económica mantuvo un ritmo de expansión modesto pero que la creación de empleo se ha mantenido robusta a pesar de la desaceleración económica.

Por otro lado, la Fed subrayó que la inflación se mantiene elevada y el sistema bancario sólido y resistente a pesar de las recientes quiebras de algunos bancos regionales.

A diferencia del comunicado de prensa de la decisión de política monetaria de marzo, en esta ocasión no se mencionó de manera explícita la posibilidad concreta de medidas adicionales de endurecimiento de la política monetaria. De hecho, el comunicado y lo expresado por Powell en la conferencia de prensa, sugieren que la Fed puede haber concluido el actual ciclo de alzas que comenzó a principios del año pasado.

En concreto, la Fed estableció que el endurecimiento en las condiciones de crédito bancario, aunado a los efectos rezagados de una rápido y agresivo ciclo de alzas (en el que la tasa de fondeo subió cinco puntos porcentuales en poco más de un año) y una economía en desaceleración deberían contribuir a aliviar las presiones inflacionarias.

Asimismo, en la conferencia de prensa, Powell reconoció que, de no ser por la situación del sector bancario regional, la Fed probablemente hubiera tenido que seguir subiendo la tasa de fondeo. Sin embargo, la menor disponibilidad de crédito para los hogares y las empresas debería de apoyar la tarea de combate a la inflación de la Fed.

Aunque todo indica que la Fed ha concluido el ciclo de alzas, el banco central seguirá con su proceso de Quantitative Tightenting, es decir, retirando liquidez del mercado de manera programada y gradual.

Ante esta situación, los futuros están asignando una probabilidad de 90% a que la Fed deje la tasa de fondeo sin cambios en la siguiente reunión de política monetaria programada para el 13 y 14 de junio. Este porcentaje representa un aumento considerable con respecto a la probabilidad implícita de 65% en la semana previa a la decisión de la Fed.

En donde sigue habiendo una brecha importante de percepción es en las expectativas para la tasa de fondeo en los próximos meses.

A pesar de que Powell no hizo ningún comentario que anticipe cambios a la guía publicada por la Fed en marzo que prevé una tasa de fondeo en el nivel actual durante lo que resta del año, el mercado de futuros sigue descontando entre uno y dos recortes de un cuarto de punto en la segunda mitad del año.

En la opinión de este columnista, la Fed seguirá analizando muy de cerca el impacto del endurecimiento en las condiciones de crédito sobre la demanda agregada y el empleo, pero, a menos de que haya señales de una clara recesión acompañada de un pronunciado descenso en la inflación, la Fed mantendrá la tasa de fondeo sin cambios el resto del año.

Los futuros asignan una probabilidad de 90% a que la Fed deje la tasa de fondeo sin cambios en la siguiente reunión de política monetaria. En la semana previa a la decisión de la Fed la probabilidad implícita era de 65 por ciento.