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La primera nota periodística acerca del gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, que llamó mi atención, fue una publicada en octubre del 2014, con motivo de la iniciación, en el territorio por él gobernado, de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.

Por el tema contenido, la forma en que fue expresado y el voluminoso cuerpo del político, la reseña era una pequeña pieza de comedia. Entrevistado por reporteros en Boca del Río -capital del estado por decreto presidencial- el Ejecutivo veracruzano refirió: “Antes se hablaba de balaceras y asesinatos, de participación de la delincuencia organizada y hablamos de robos a negocios, de que se robaron un Frutsi y dos Pingüinos en el Oxxo”. La sola mención de estas dos golosinas, me imagino, deben de haber generado en el robusto torturador de básculas, una secreción automática de las glándulas salivales, al grado que tuvo que cambiar el tema del discurso. Entonces fue que dijo que su administración y el gobierno federal han conjuntado esfuerzos para fortalecer las instituciones: prueba de ello -dijo sin dejar de pensar en Pingüinos y Frutsis- es que ahora las balaceras vienen de a dos por paquete, quiero decir, ya no son tantas como antes, y los secuestros ya tienen nuevo sabor a piña, digo, los secuestros se han reducido de manera ostensible.

Luego supe que al mentado Javier Duarte de Ochoa, la preposición “de” es imprescindible en la articulación de su apellido porque denota aristocracia; clase social que en México no es reconocida por nuestras leyes, pero que en España, de donde provienen sus raíces ideológicas: fascistas y franquistas, se considera una clase sobresaliente y noble, le podrá servir cuando -a huevo- tenga que irse lejos de Veracruz.

Regreso al tema: posteriormente, me enteré que en los cinco años de gobierno de este gordito -símbolo de la obesidad que está dañando al país- han sido asesinados en Veracruz 13 periodistas, además del asesinato sucedido el pasado 31 de julio, en la colonia Narvarte de esta capital, donde murieron el fotorreportero Rubén Espinosa, la activista política Nadia Vera y tres mujeres que los acompañaban, homicidios de los que existe un detenido que se niega a declarar. Los 13 asesinados en el puerto jarocho, así como Rubén Espinosa Becerril y Nadia Vera Pérez fueron amenazados por los esbirros de las fuerzas del gobierno y advertidos sobre su posible desaparición de este mundo. El Comité Universitario de Lucha, conformado por activistas de Veracruz y estudiantes de la Universidad Veracruzana, han denunciado que siguen siendo hostigados por autoridades del estado.

Es muy difícil comprobar jurídicamente que el globornador, digo…el gobernador esté detrás de los homicidios; sin embargo, en la semana los ciudadanos lanzaron una petición en Change.org para que se investigue al gobernador Duarte de Ochoa como el autor intelectual de los crímenes aquí referidos. Petición que hasta el momento lleva poco más de 60,000 firmas recabadas.

Se ha dicho que un mes antes de la masacre perpetrada en Narvarte el pasado 31 de julio ésta tuvo su antecedente, cuando Duarte de Ochoa pronunció un discurso en Poza Rica, Veracruz, el 31 de junio, que usted puede ver en Internet (http://is.gd/tASi5D). Dura 14 minutos, pero le garantizo que derrota al más rebelde de los insomnios antes de la mitad de su duración.

En este sucedáneo de la benzodiazepina, es decir, en su discurso dedicado especialmente a los periodistas, Duarte de Ochoa manifestó: “Si algo les pasa a ustedes al que crucifican es a mí. Pórtense bien. Todos sabemos quiénes andan en malos pasos. Dicen que en Veracruz sólo no se sabe lo que todavía no se nos ocurre. (Nótese el uso del pronombre personal “nos” primera persona del plural que involucra a quien lo dice). Todos sabemos quiénes de alguna o de otra manera tienen una vinculación con estos grupos (el crimen organizado). Que nos hagamos como que la Virgen nos habla es otra historia. Pero todos sabemos quiénes tienen vínculos con el hampa. Pórtense bien, por favor”. Magnánimo ofreció una oportunidad: “Quienes sientan algún riesgo búsquenos, para poder protegerlos, para poder cuidarlos. Quienes verdaderamente no tienen ningún vínculo y se los digo con toda claridad, no tienen nada de que preocuparse. Pero quienes sí, preocúpense, porque vamos a sacudir fuertemente el árbol”.

Quienes lo conocen y saben interpretar el lenguaje críptico de la política dicen que con estas palabras amenazó a todo aquel comunicador que no se alinee a lo que su gobierno quiere. Pretende acabar con el mensajero no con el mensaje.

Por otro lado, es aberrante que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) considere el robo como el móvil de las cinco personas muertas en Narvarte. ¿De cuándo acá en un robo se remata con tiro de gracia a las víctimas?

Ya en pleno sueño guajiro, me gustaría que metieran a la cárcel a Duarte y que se escapara como El Chapo, mediante un túnel, lo que contribuiría en buena medida a la construcción del drenaje profundo.

COLOFÓN

Alagado leyó: Entonces se escuchó la voz de miembro viril del gobernador. Cuando le explicaron la metáfora, concluyó que tiene voz de pito.

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