Elecciones 2024
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No teníamos que esperar el exabrupto de Donald Trump de susurrar su respuesta a la pregunta de si México pagará por el muro fronterizo para tener la certeza de que así es el presidente de Estados Unidos.

Lo que hay que hacer desde la opinión pública es empezar a hacerle menos caso a sus desplantes y más caso a lo que realmente se mueve en la política de ese país.

El presidente estadounidense vive el síndrome de Pedro y el Lobo, donde cada vez genera menos reacciones en su entorno ante lo que tuitea o declara. Al principio bastaba un mensaje de 140 caracteres para tirar los mercados, ya no es tan fácil.

Por ejemplo, en la pasada reunión bilateral en el marco de la cumbre del G20 pesó más en el ánimo el ‘absolutely’ de Trump que el hecho de que las delegaciones fueron básicamente responsables del comercio bilateral.

A puerta cerrada se habló de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De los tiempos, de los procedimientos y sobre todo de la intensión de ambas partes de hacer prevalecer el acuerdo.

Fue tan sólo media hora para decir sí, estamos hablando de lo mismo: de libre comercio norteamericano.

En Estados Unidos pasó totalmente desapercibido el avance, como lo llamó Trump, en materia de la modernización del TLCAN. Alguna atención en ciertos círculos generó lo que calificaron de humillación al presidente mexicano con el ‘absolutely’, pero lo que más atienden los estadounidenses es la relación con Rusia y el reemplazo del presidente en una mesa del más alto nivel con su hija Ivanka.

Que nos quede claro que lo que menos necesita una buena renegociación del acuerdo comercial es tener la atención puesta por parte de esa opinión pública estadounidense que fue azuzada en contra de libre comercio desde la campaña.

Es mejor que ahora que vienen fechas clave, el asunto sea atendido por los expertos en el tema, los legisladores, los empresarios y los tres países involucrados y no por una clientela política que sigue ávida de sangre, tal como se los prometieron en campaña.

A partir del lunes y en cualquier momento, el gobierno de Trump tiene que entregar al Congreso sus intenciones renegociadoras del TLCAN. Es un documento clave donde veremos si hay sensatez trilateral para mantener esa importante cadena norteamericana o bien si es verdad que sólo pretenden obtener beneficios sin dar nada a cambio.

Si esa hoja de ruta estadounidense tiene el toque de los tuits de Trump, no pasarán muchos días tras el inicio de las renegociaciones para que se dé por cancelado el acuerdo comercial trilateral.

Pero si el planteamiento de la Casa Blanca al Congreso tiene sensatez y margen de negociación, lo más conveniente es que se mantenga en el terreno de los expertos y alejado de la atención de una amplia audiencia que no es experta en esos temas.

Y por lo que hace al pago del muro fronterizo está perfectamente claro que no hay manera de obligar a México a que lo pague y si se cobran a lo chino, lo recuperamos a lo cubano.

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