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Mañana viernes se dará el último anuncio de política monetaria del 2014 y tanto los analistas como el mercado secundario de tasas están dando por hecho que el Banxico mantendrá su política monetaria sin cambios, dejando la tasa de referencia en 3.0 por ciento.

La decisión se da en un contexto global donde, por un lado, la política monetaria en Estados Unidos ha concluido su ciclo expansivo más agresivo de la historia económica y está por comenzar un proceso de normalización de tasas en el próximo año. Sin embargo, está claro que este proceso de normalización será muy lento y gradual, y por lo tanto las tasas de interés en Estados Unidos se mantendrán en niveles históricamente bajos por tiempo prolongado.

Por otro lado, la decisión también se da en un contexto de desaceleración global donde, con la excepción de Estados Unidos, el mundo desarrollado está en plena desaceleración y donde la mayoría de los mercados emergentes están registrando tasas de crecimiento inferiores a lo esperado. En este sentido, mientras la Fed comienza a normalizar su política monetaria, otros bancos centrales importantes como el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco Popular de China están implementando políticas monetarias más agresivas.

Por el lado doméstico, el contexto es uno donde el ritmo de crecimiento se ha acelerado durante los últimos dos trimestres pero a una tasa más lenta de lo anticipado, lo cual ha tenido como consecuencia que el PIB siga creciendo por debajo de su potencial y que no haya presiones inflacionarias importantes por el lado de la demanda. Sin embargo, a pesar de esta situación, la inflación se ha mantenido por arriba del rango objetivo del Banxico. Esto se ha dado principalmente por algunos factores.

En esto contexto, el banco central muy probablemente reconocerá que la economía está mejorando pero que el dinamismo en la demanda interna es aún inferior a lo esperado, y que el nivel de utilización de los factores de producción aún está por debajo del deseado y por lo tanto podrá mantener las tasas de interés en mínimos históricos, a pesar de que la inflación se encuentra por arriba de su rango objetivo.

No obstante, muy probablemente el Banxico dará señales para una posible alza en la primera mitad del 2015, a pesar de que la inflación muy probablemente mostrará una tendencia favorable durante el año, acercándose a 3 por ciento en el cuarto trimestre.

El Banco de México está apostando a cuatro factores para que la inflación converja con la meta de 3 por ciento hacia finales del 2015: I) la dilución del impacto de una sola vez en los precios de algunos bienes como resultado de la reforma fiscal del 2014; II) el impacto de la reforma en telecomunicaciones sobre los precios de los servicios de telefonía -a raíz de la eliminación de los cobros de largas distancias nacional; III) la debilidad en los precios de las materias primas como consecuencia de la desaceleración global, y IV) un menor aumento en los precios de las gasolinas.

Sin embargo, el Banxico deberá mantenerse muy vigilante ante el impacto inflacionario que pudiera tener la depreciación del peso frente al dólar. Independientemente de si el escenario base de recuperación económica en México y disminución de inflación se cumple, el banco central estará muy atento a las decisiones de la Fed y muy probablemente tenga que iniciar un ciclo de alza gradual en sincronización, aunque la inflación vaya convergiendo a su meta.