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Ayer concluyó la segunda reunión de política monetaria del año de la Reserva Federal (Fed)y primera para Jay Powell al frente del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por su sigla en inglés). Como era plenamente anticipado por el mercado, la Fed incrementó la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto, ubicándola en un rango de 1.50-1.75 por ciento.

El movimiento constituye el cuarto incremento en los últimos 12 meses y el sexto desde que la Fed comenzó el proceso de normalización de su política monetaria en diciembre del 2015. Dado que el movimiento estaba descontado, la atención de los mercados estaba enfocada sobre el comunicado y la conferencia de prensa en búsqueda de señales sobre incrementos adicionales para el resto del año y el 2019.

Vale la pena recordar que, en la reunión de diciembre, los miembros del FOMC transmitieron, a través de la publicación del dot plot o gráfica de puntos (que revela la expectativa individual de cada uno de los miembros del FOMC sobre la ubicación futura de la tasa de fondeo), una expectativa de tres alzas de un cuarto de punto cada una durante el 2018. Sin embargo, el mercado estaba muy atento a la nueva publicación de dicha gráfica ante la presencia de una serie de factores que han llevado al mercado a comenzar a incorporar cierta posibilidad de un cuarto incremento en el 2018.

Entre estos factores se encuentran: I) la robusta dinámica en el mercado laboral, incluyendo una recuperación en los salarios; II) un repunte en la dinámica inflacionaria, el índice general de precios al consumidor por fin se ubica arriba de 2.0%, aunque otros índices preferidos por la Fed enfocados en la inflación subyacente, como el core PCE, se mantienen rezagados, y III) la expectativa de un posible sobrecalentamiento de la economía ante el impulso fiscal.

Aunque las expectativas incluidas en el dot plot se mantuvieron sin cambio para el 2018, la trayectoria para el 2019 y el 2020 tomó un sesgo ligeramente más restrictivo. En concreto, el dot plot ahora incorpora cuatro incrementos, en lugar de 2.5 para el 2019, y dos, en lugar de 1.5, para el 2020. Estas expectativas se traducirían en una tasa de referencia de 3.4% en el 2020 en comparación con 3.1% anticipado en la gráfica de puntos de diciembre.

Además de ser la primera junta de política monetaria con Jerome Powell al frente de la Fed, esta reunión incluyó la publicación de nuevos estimados económicos, con revisiones interesantes con respecto a la última publicación.

El cambio más relevante fue en las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2018, que se incrementaron de un rango de 2.2-2.6% a uno de 2.6-3.0%, reflejando la mejoría en la actividad económica reciente y un impacto positivo de corto plazo en el crecimiento proveniente del recorte impositivo impulsado por la administración Trump y aprobada en el Congreso por Partido Republicano.

El estimado de crecimiento del 2019 también mejoró de un rango de 1.9-2.3 a 2.2-2.6 por ciento. Sin embargo, el pronóstico del 2020 y el de largo plazo se mantuvieron prácticamente sin cambios, lo cual sugiere que la Fed —al igual que la mayoría de los economistas— no ve un impacto significativo de largo plazo en la tasa de crecimiento del PIB como consecuencia de la reforma fiscal.

Asimismo, los pronósticos de desempleo bajaron de un rango de 3.7 a 4.0% en el 2018 a uno de 3.6 a 3.8 por ciento. El rango de la tasa de desempleo también bajo para el 2019 y el 2020, con la parte baja ubicándose en 3.6% para ambos años.

A pesar de esto, los estimados del indicador preferido de inflación subyacente, el core PCE, sufrieron cambios pequeños y su rango se mantuvo muy cerca del objetivo de 2.0 por ciento. Hasta cierto punto, parece que la Fed no tiene tanta prisa por subir la tasa de corto plazo ahora que las tasas de largo plazo han tenido un movimiento al alza importante, lo cual genera un entorno más restrictivo.