Elecciones 2024
Elecciones 2024

Las batallas electorales en las que Andrés Manuel López Obrador ha fungido como mariscal de campo, hace un cuarto de siglo comenzaron. Su primera derrota ocurrió ante Roberto Madrazo por la gubernatura de su natal Tabasco y su alegado por un fraude electoral que nunca reconoció la autoridad electoral propició su primera movilización social: el Éxodo por la Democracia, que lo trajo a la Ciudad de México.

En 1996, con el aval de los cardenistas, AMLO fue designado presidente nacional del PRD y sus primeros triunfos electorales como dirigente partidista fueron en Hidalgo y Morelos. Las brigadas del sol hicieron pronto conquistaron municipios importantes en la zona conurbada del Distrito Federal y llevarían, al año siguiente, a Cuauhtémoc Cárdenas a la jefatura del gobierno capitalino,

Han pasado 25 años de aquellos triunfos en Tula y Jiutepec pero la dimensión de lo ocurrido el pasado domingo 6 dará a los críticos de la cuarta transformación elementos para plantear un escenario extremo: ¿acaso ha comenzado el ocaso del poderío electoral del lopezobradorismo?

Las estrategias aplicadas por Morena que le dieron el triunfo en 10 de las 15 gubernaturas en disputa no fueron aplicadas en la Ciudad de México, Puebla, Morelos y el Estado de México, entidades donde hubo comicios sólo para renovar alcaldías y Congresos estatales.

Los estados enlistados —salvo en la entidad mexiquense—tienen gobernadores afines a la 4T y en el 2018 habían conquistado las principales alcaldías. Tres años después, no podrán ratificar su hegemonía… ante la aparición de la coalición Sí por México.

Entre los primeros triunfos de la izquierda, hace un cuarto de siglo, estuvo la conquista del oriente del Estado de México. Ciudad Nezahualcóyotl y Texcoco fueron los primeros bastiones perredistas, que pronto irradiaron a Iztapalapa, Tláhuac y la Gustavo A. Madero.

En paralelo, en el poniente se edificó un corredor azul que se originó en Naucalpan y en algún momento se extendió hasta Querétaro. En medio, Ecatepec de Morelos, el municipio más poblado de México, que ha tenido gobiernos azules, amarrillos, rojos (Eruviel Ávila fue su alcalde en dos ocasiones) y ahora guindas.

El corredor antiAMLO del 2021 irá desde el corazón de la CDMX —Coyoacán— hasta Ecatepec y sumará una veintena de alcaldías capitalinas y municipios mexiquenses, donde habitan más de cuatro millones de habitantes. El control de los congresos de la CDMX, Puebla, Estado de México y Morelos son per se de alto impacto, aunque apenas visibles.

La alianza PRI-PAN-PRD recuperó los espacios que el efecto AMLO dio a los morenistas en el 2018. ¿En territorio mexiquense, en Puebla y en Morelos hubo un hartazgo con un estilo de gobernar, como podría haber ocurrido en la CDMX? ¿También surtió efecto la campaña de desprestigio de la prensa fifi?

Morena se debilita en su bastión histórico. El punto de inflexión —dirán los encuestadores— fue el “incidente” en la Línea 12 del SCT Metro. El fenómeno antiAMLO merece un estudio más profundo. Por un lado está el fracaso de una estrategia político-electoral que deja como grandes damnificados a líderes izquierdistas que durante estos 25 años han sido leales al lopezobradorismo, entre ellos René Bejarano e Higinio Martínez. Y también, los pleitos al interior del morenismo, que tuvieron ejemplos soeces en Puebla, donde el gobernador Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta estuvo entre los principales denostadores de la alcaldesa Claudia Rivera, quien finalmente resultó derrotada.

En el Estado de México, Morena moverá su epicentro. El GAP tendrá que abrir espacio a nuevos liderazgos que se incubarán en Ecatepec y Neza, donde se erige un nuevo bastión progresista.

En la CDMX, las estructuras morenistas le fallaron a AMLO y a Claudia Sheimbaum. La derrota del pasado domingo tendrá que hacer que la ruta del 2024 sea recalculada.